Por Belasko Journaliste
Belasko
Su producción, comercialización y consumo. A lo largo de la historia de México, el pulque ha sido concebido de diversas maneras.
En la época prehispánica los nahuas lo consideraron de origen divino y era reservado para las grandes ocasiones festivas y algunas situaciones específicas.
En la colonia le fueron arrebatados sus atributos divinos, pero en compensación los hacendados propiciaron su consumo entre los indígenas y demás trabajadores; su importancia fue tal, que llegó a formar parte de la dieta alimenticia de gran parte de la población.
A principios del siglo XX, cuando la industria pulquera estaba en su máximo esplendor y en pleno desarrollo tecnológico empezó su declive principalmente por motivos políticos y económicos, sumados a los mitos que se crearon en torno a él, para abrirle paso a la cerveza, que pronto lo sustituyó. Lo anterior dio como resultado que tanto el cultivo del agave como la elaboración del pulque casi desaparecieran.
Hoy en día es preocupante la escasa difusión del pulque, por lo que su producción y consumo sigue en declive, ya que cada vez menos personas lo consumen, e incluso algunos lo consideran propio de la clase baja o de las poblaciones de las zonas rurales al existir estereotipos sobre los lugares donde se ofrece y los consumidores de la bebida.
Además algunos siguen discriminándola considerándola sucia, debido a declaraciones sin fundamento sobre un ingrediente que supuestamente se utiliza en su preparación (la “muñeca”, excremento envuelto en una tela) e inclusive entre algunos grupos nahuas los jóvenes piensan que es una bebida de “viejitos” y del pasado (Nateras, 2005).
El menosprecio por las manifestaciones culturales en torno a esta bebida ha contribuido para que su consumo no se haya reintegrado en la vida cotidiana, al seguirse prefiriendo otras bebidas que ofrecen un supuesto estatus. Aunado a esto, no se cuenta con datos fidedignos sobre su consumo y producción ya que ambas actividades están, en parte, fuera del control sanitario y fiscal.
También el Estado de México cuenta con una importante tradición en el cultivo del agave y la producción del líquido blanquecino, es el caso del municipio de Jiquipilco donde se consume pulque desde hace mucho tiempo y durante el siglo XX formó parte de la dieta de los habitantes; su valor es tal que muchos habitantes reconocen que los beneficios del maguey favorecieron el desarrollo económico del lugar. Por todo esto se considera representativo del lugar.
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