Entrar al mundo de la artesanía es descubrir un fenómeno tan complejo que trasciende lo que, a primera vista, parecería ser su finalidad: bellos objetos utilitarios producidos con las manos.
Las implicaciones que tiene un objeto artesanal, sin muchas e interactúan entre sí, van desde el diseño hasta la situación (económica, social, tecnológica, etc) en que se produce el mismo.
Hay dos grandes caminos el que equipará lo hecho a mano por campesinas e indígenas con objetos de baja inversión en materia prima, creadas en tiempos alternos actividades de trabajo en el campo y otras actividades económicas y en donde generalmente sus talleres están en la propia casa, en el patio o cocina.
Las obras firmadas, el sentido mismo de ser artista crea una aureola entorno a un mercado de arte que se viene desarrollando desde hace varios años.
De pronto su bajo precio en la artesanía popular y las copias « chinas » que estudiaron la multiplicación de los objetos ha hecho que a simple vista, se deje de admirar y utilizar parte de estos actos que son creativos y que en sus inicios fueron objetos de profunda relación entre sociedad-hombre-y naturaleza.
Así de como surgen las diferencias entre objetos a partir de la función que las ha visto nacer: lo cotidiano, lo decorativo , lo ritual o ceremonial, en donde se van sentando una cultura en un apretado tejido de relaciones, y que las artesanías abren una ventana para comprender y visualizar la conexión integral entre los elementos naturales, sociales y simbólicos del grupo social en cuestión.
Ahora bien, en la mayoría de las etnias y campesinos en México, la mujer ha sido la alfarera y la tejedora, y el hombre el tallador y herrero; la gradual especialización de sus miembros a través de una división del trabajo ha contribuido a la multiplicación de las expresiones artísticas y estéticas de los objetos que se elaboran para finales domésticos, rituales o ceremoniales.
Texto/image Belasko Journaliste