POR ANA LILIA PÉREZ
DESDE HACE año y medio 700
carrotanques de ferrocarril deberían de operar entre refinerías y terminales de
almacenamiento y reparto de Pemex. Las unidades, con un valor superior a 91
millones de dólares, garantizaban —se dijo en las justificaciones de compra
expuestas por la paraestatal— la seguridad en el traslado de gasolinas, diésel
y combustóleo, cuyo robo genera pérdidas anuales por 30,000 millones de pesos.
Una cantidad así de
cilindros rodantes, equivalentes a 26,000 toneladas de acero, es igual de
inocultable que una transacción de 1,143 millones 704,400 pesos. Sin embargo,
eso ocurre: Pemex no es capaz de explicar el extravío de los carrotanques ni
del dinero.
¿Qué ocurrió desde el
momento de proyectarse la maniobra financiera, hace cuatro años, y la
autorización concedida por las autoridades hacendarias unos meses después? La
historia de esta compra es la siguiente.
En su respuesta a una
primera solicitud, Pemex respondió: “No se ha recibido, ni adquirido ningún
carrotanque en ese periodo, por lo mismo no se ha generado factura alguna”.
MANIOBRA DE COMPRA
En la reestructuración de
la petrolera, como resultado de la reforma energética, Pemex Logística absorbió
las funciones de la extinta Pemex Refinación, entre ellas, la prestación de
servicios de almacenamiento, distribución, transporte y comercialización de
petrolíferos.
En 2013 esa área registró
ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) el proyecto de
inversión 1218T4M0036 para la “adquisición de 400 carrotanques para desalojo de
combustóleo pesado y 300 carrotanques para transporte de hidrocarburos destilados
de la Subdirección de Distribución”.
Se argumentó que era para
combatir el robo de hidrocarburos y contar con un transporte terrestre
eficiente que le permitiera trasladar los productos refinados, así como para el
desalojo oportuno de combustóleo pesado (COPE) de las refinerías del centro del
país: “De una manera menos costosa, en relación con el uso del autotanque, más
segura y con menor impacto en el medioambiente”. Y para ello Pemex Logística
requería de la adquisición de los 700 carrotanques.
Con tal adquisición, la
flota se incrementaría de 525 a 1225 unidades. Suficientes para cubrir la
demanda del transporte de destilados en las terminales que se abastecen vía
ferroviaria, se dijo. Con ello también se incrementaría el transporte de
petrolíferos.
Entre otras
justificaciones que Pemex presentó a la SHCP para que se le autorizara el
presupuesto de compra es que el carrotanque produce menos dióxido de carbono
que el autotanque, además de que este último es más costoso, y existe baja
disponibilidad de ellos en el mercado.
Con los carrotanques se
disminuiría, además, la dependencia en el desalojo de productos de las
refinerías, especialmente el COPE; se obtendrían ahorros por bonos de carbono
(mecanismo internacional de descontaminación para reducir las emisiones
contaminantes al medioambiente) y se reduciría el costo de operación de Pemex
Refinación, hoy Pemex Logística.
El presupuesto fue
aprobado, y el 30 de mayo de 2013 la dirección general de Pemex Refinación
autorizó a su Subdirección de Distribución celebrar contratos por 91 millones
295,500 dólares (equivalentes a 1,143 millones 704,400 pesos) para esa compra.
Aunque el monto por ley
mandata un proceso de licitación para elegir la mejor propuesta técnica y
económica, la Gerencia de Coordinación de Operaciones sugirió que el proceso de
contratación de la empresa que suministraría los 700 carrotanques lo realizara
la filial Pemex Integrated Trade Systems, Inc. —actualmente, Pemex Procurement
International, Inc. (PPI)—, una de las empresas de papel de Pemex que opera en
Estados Unidos.
El procedimiento lo
realizaría por “invitación restringida”, con el pretexto de que “la licitación
pública para esta contratación no era la opción idónea, toda vez que se
requeriría de mayor tiempo y se correría el riesgo de no realizar oportunamente
la contratación y retrasar la fecha probable de recepción de los bienes”, la
cual se estimó a más tardar en diciembre de 2015, puesto que se proyectó
eliminar los costos por concepto de renta con dos empresas ferroviarias.
Para que el proceso de
compra se hiciera de esa manera, el 7 de mayo de 2013 Pemex Refinación firmó
con PPI el “Contrato de Prestación de Servicios a Precio Fijo” número
4500474724, para que PPI le proporcionara los servicios integrales de bienes,
arrendamientos y servicios de importación a México, así como de obra pública y
sus servicios relacionados.
En este, la dirección
general de Pemex Refinación estipuló que quedaba bajo la responsabilidad del
área administradora del proyecto tomar las decisiones sustantivas y de
contratación, el cumplimiento de los términos y condiciones técnicas,
económicas, ambientales, sociales y legales; el seguimiento de su ejecución, el
cumplimiento de la norma y la necesidad de su celebración.
Para octubre del mismo
2013, en Houston, Texas, a nombre de Pemex Refinación (hoy Pemex Logística),
PPI, con carácter de mandatario mercantil, llevaba a cabo la adquisición de los
700 carrotanques.
En el contrato
PPI—18—3—10436 del 1 de octubre se programaron 729 días para la entrega de las
primeras 300 unidades, que concluiría el 30 de septiembre de 2015. Asimismo, en
el contrato PPI—18—3—10437 se programaron 760 días a partir de la fecha de su
firma para la entrega de los 400 carrotanques estantes, previstos para el
desalojo de combustóleo pesado. La entrega debió concluir el 31 de octubre de
2015.
En una segunda solicitud
se preguntó a Pemex por el acta de entrega y recepción de los carrotanques
adquiridos entre 2012 y 2017, y la respuesta fue: “Inexistencia total”.
PIFIAS AL DESCUBIERTO
La contratación, empero,
comenzó a presentar irregularidades. Entre las pifias de este proceso se
cuentan que las especificaciones de los carrotanques adquiridos cumplían con la
Norma Internacional DOT—111, pero en mayo de 2015, en la norma DOT—117, se estableció
que para el año 2020 los carrotanques precisamente con esas especificaciones no
podrán circular en Estados Unidos ni en Canadá por no cumplir con los
requerimientos o especificaciones de seguridad. Así que las unidades no le
servirían a Pemex.
Entonces, por medio de un
“memorando de entendimiento”, los representantes de la petrolera pactaron con
el proveedor realizar los ajustes correspondientes en el diseño y fabricación
de las unidades, para cumplir con las nuevas especificaciones (de la DOT—117),
entre ellos, acero de mayor espesor y protección de válvulas y térmica.
Pero luego, de igual
manera, a través de “memorandos de entendimiento”, los representantes de Pemex
autorizaron al proveedor diferir la fecha de entrega una y otra vez hasta
ajustarla al 30 de junio de 2016. Es decir, medio año después de lo que se
había fijado como límite de entrega.
La fecha final pactada
para la entrega fue junio de 2016, pero en agosto de ese año los contables
adscritos a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) revisaron la compra y
detectaron que para esos momentos el proveedor aún no había entregado ninguna
unidad.
La ASF calificó como
irregular que a través de simples memorandos de entendimiento los funcionarios
de Pemex y el proveedor fueran difiriendo la fecha de entrega, puesto que ni
siquiera formalizaron convenios modificatorios para ampliar el plazo y vigencia
de los contratos.
Esa misma instancia
determinó que la Unidad de Responsabilidades de Pemex debía investigar e
iniciar el procedimiento administrativo correspondiente en contra de los
funcionarios de Pemex, “por los actos u omisiones de los servidores públicos
que en su gestión celebraron memorandos de entendimiento con los que se
ajustaron los plazos de los programas de entrega de los contratos de
adquisición de 400 carrotanques para desalojo de combustóleo pesado y 300
carrotanques para transporte de hidrocarburos destilados y no celebraron los
convenios modificatorios, que se establecen en la normativa”, señaló.
Según se argumentó, la flota
de carrotanques, en relación con el uso del autotanque, sería más segura y con
menor impacto en el medioambiente. FOTO: CUARTOSCURO.
ENTREGA INEXISTENTE
Luego de que la ASF
registró en su informe de auditoría esta compra, Newsweek en Español revisó la
maniobra de adquisición. Como parte de la investigación periodística, a través
de transparencia, se presentó una solicitud de información a Pemex Logística
para conocer el estatus de entrega y recepción de cada uno de los carrotanques
adquiridos entre 2012 al 2017.
En su respuesta a una
primera solicitud, Pemex respondió: “No se ha recibido, ni adquirido ningún
carrotanque en ese periodo, por lo mismo no se ha generado factura alguna”.
En una segunda solicitud
se preguntó a Pemex por el acta de entrega y recepción de todos y cada uno de
los carrotanques adquiridos entre los años 2012 y 2017, y la respuesta fue:
“Inexistencia total”. Y especificó que “del año 2012 a la fecha no ha realizado
ningún acta de entrega—recepción de carrotanques”.
La respuesta de Pemex
sobre la compra aporta otro elemento poco claro, ya que en su auditoría la ASF
dice que, “con un escrito del 19 de julio de 2016, el proveedor de los 700
carrotanques proporcionó a la Auditoría Superior de la Federación la
información y documentación siguiente: escrito del 31 de marzo de 2016, donde
solicitó el apoyo de la Gerencia de Transporte Terrestre de Pemex Logística
para que 15 carrotanques se conservaran en el interior de la Refinería Miguel
Hidalgo en Tula de Allende, Hidalgo, hasta que procediera su recepción de
manera formal”.
Y que, en respuesta, el 4
de abril de 2016 la Subgerencia de Programación y Control de Pemex Logística
informó al proveedor que aceptó conservar los 15 carrotanques dentro de las
instalaciones de la Refinería Miguel Hidalgo, en Tula de Allende, Hidalgo, “en
el entendido de que esto no implicaría una recepción en términos de los
contratos y que los 15 carrotanques continuarían siendo propiedad del
proveedor, hasta determinar las condiciones para su formal inspección y
recepción por parte de Pemex”.
También que, el 16 de mayo
de 2016 el proveedor había informado a los directores generales de Pemex
Procurement International, Inc., y de Pemex Logística y al director corporativo
de Procura y Abastecimiento de Pemex, que 15 carrotanques se encontraban listos
desde el 23 de febrero de 2016 para su inspección, “sin que a la fecha del
escrito se haya presentado personal para la inspección y liberación de los
carrotanques”.
Con esos antecedentes, el
19 de agosto de 2016, personal de la ASF efectuó una inspección ocular en el
sitio donde se encontraban los 15 carrotanques, “con lo que se comprobó su
existencia física dentro de las instalaciones de Pemex”. Las unidades, señala
la ASF, se habrían recibido el 9 de abril de ese año, según la bitácora de
ingreso.
Pero en la entrada de esos
tanques, la ASF advierte otras irregularidades:
La entrada de los 15
carrotanques en las instalaciones de la refinería la autorizó la Subgerencia de
Programación y Control de Pemex Logística, y no el área de Servicios Generales
y Administración Patrimonial, dependiente de la Gerencia de Refinería de Pemex
Transformación Industrial, la cual tiene dentro de sus funciones controlar la
entrada y salida de trabajadores, visitantes y contratistas, así como de los
vehículos, bienes y materiales del centro de trabajo.
Pero, aunque habían
entrado formalmente hasta ese 19 de agosto de 2016, cuando la ASF hizo la
inspección ocular, Pemex aún no había recibido en forma las unidades. Y, según
la respuesta proporcionada a Newsweek en Español, sigue sin recibirlas.
En tanto, el robo de
combustible, uno de los flagelos que supuestamente combatiría esta modalidad de
transporte en carrotanques de ferrocarril, continúa elevándose, nutriendo los
bolsillos del crimen organizado, de acuerdo con las mismas autoridades
federales.
A través de su área de
comunicación social, Newsweek solicitó una entrevista con los directivos de la
petrolera para saber el estatus de la compra, que implicó 1,143 millones
704,400 pesos. Al cierre de esta edición no se contaba aún con su respuesta.