Artículo 19, la organización que ha venido documentando los
asesinatos de personas de nuestro oficio, ha publicado un informe sobre los 112
periodistas asesinados en México, desde 2000 hasta la fecha; 108 son hombres y
cuatro mujeres, mientras que 23 periodistas siguen desaparecidos y no se sabe
si continúan con vida.
Gumaro Pérez, reportero de la Voz del Sur de Veracruz, fue
asesinado este martes mientras asistía a un festival navideño en el que su hijo
participaba.
Con este ya suman 39 periodistas asesinados en lo que va de
la administración de Peña Nieto –incluyendo a dos de La Jornada, Javier Valdés
y Miroslava Breach; 25 han sucedido en el estado de Veracruz.
En lo que va de 2017 se han registrado 12 asesinatos, el de
Gumaro Pérez ha sido el más reciente y el que ha posicionado al actual como el
año más violento de los pasados 17, por encima de 2010, el peor del sexenio de
Felipe Calderón.
Artículo 19, la organización que ha venido documentando los
asesinatos de personas de nuestro oficio, ha publicado un informe sobre los 112
periodistas asesinados en México, desde 2000 hasta la fecha; 108 son hombres y
cuatro mujeres, mientras que 23 periodistas siguen desaparecidos y no se sabe
si continúan con vida.
Las denuncias por agresiones en contra de periodistas ante
la Feadle (Fiscalía para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de
Expresión) suman 798 desde 2000, de esta cifra 99.7 por ciento no ha tenido
consecuencias, y la mayoría han sido archivados por las autoridades.
Mientras se discute la Ley de Seguridad Interior, continúan
impunes, a pesar de que la CNDH ha emitido recomendaciones para garantizar el
libre ejercicio de libertad de prensa, pero los gobiernos han optado por
guardar silencio.
La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) condenó el asesinato del periodista
veracruzano aunque la fiscalía de Veracruz dice que estaba ligado a Los Zetas,
o “es una coartada frecuente: o los
mataron por relaciones amorosas tormentosas o por lo del narco”.
por Enrique Galván