EN EL MUNDO HAY MÁS POBRES QUE HACE CINCUENTA AÑOS; SE HA INCREMENTADO LA POBREZA EXPONENCIALMENTE EN AMÉRICA LATINA.
Una forma de violencia en la que no hay actor es la llamada violencia estructural, que es más una violencia institucionalizada, legalizada, que afecta a más personas que la violencia directa.
Se corresponde, pues, con las injusticias estructurales: económicas, sociales, por motivo de discriminación sexual y racial, de desigualdad de oportunidades, de marginación, de hambre y de pobreza, de incumplimiento de los derechos humanos.
A su vez, esta violencia es estructural porque, al reproducir las estructuras sociales injustas y sus conflictos, está reproduciendo la desigualdad del orden social institucional y legal existente.
“Una de cada cinco personas vive en condiciones de pobreza; los más pobres, con menos de un dólar diario. La mayoría de ellos son mujeres, niños, ancianos, discapacitados, minorías étnicas, migrantes, refugiados y desempleados de larga duración”.
Es la pobreza lo que provoca la privación de las necesidades humanas básicas y condena a millones de personas, a través de la represión que viene de los gobiernos, los ejércitos y los poderes del capital, que intentan controlar el descontento social y la alienación, provocando la violación de los derechos humanos y políticos.
Es pues, la violencia estructural la que habla de la represión política, de la explotación económica, de la alineación cultural y de aniquilar las identidades.
Reportaje Gráfico: Luz del Alba Belasko.