La entidad mexiquense es sede de un número indeterminado de asesinatos de mujeres, crímenes extremadamente violentos, que en general involucran violación o mutilación y que raramente son resueltos. Las cifras de este año 2016, en el Estado de México, suman: 1377 homicidios dolosos; 1,414 violaciones; 74 casos de secuestro que sí fueron denunciados ante agencias del Ministerio Público.
El lugar más peligroso para ser mujer
Y aquí, de este lado, están “las víctimas invisibles”, un registro imparable de mujeres desaparecidas o encontradas muertas en el Estado de México durante los últimos años. La crisis de feminicidios en esta entidad sobrepasa 10 veces más que con las muertas de Ciudad Juárez.
1220 mujeres fueron asesinadas con una violencia desconcertante; niñas desaparecidas de entre 10 a 17 años que han pasado desapercibidas, porque la gente es anónima; muchos cuerpos de mujeres que fueron encontrados desmembrados y arrojados en baldíos, basureros o aguas negras. Ahí, donde para el mundo exterior no existen, ahí en la tierra de nadie, como si dieran a entender que forman parte de un deshecho o de un despojo.
Hay un modelo del Estado
A pesar de que organizaciones, grupos y hasta leyes se han creado para alertar y apoyar a casos de feminicidios. Entre las autoridades competentes hay una evidente ineficiencia e insensibilidad, cuando se acude a ellas. En la mayoría de casos de alerta, no pueden hacer nada para prevenir porque la ley dice que deberán pasar 72 horas antes de tomar el caso.
Cuando se les pregunta por qué se mata a mujeres, los policías judiciales han llegado a responder: “porque las mujeres andan con faldas muy cortas, llegan tarde a sus casas, se dedican a la prostitución o engañan al marido o andan en malos pasos, eso como una constante”.
La primera manera como asesinan es con arma de fuego, pero en el Estado de México la constante de feminicidios es ahorcándolas, estrangulándolas y sofocándolas; la lectura es como posible manera del conocimiento de la víctima con su victimario.
Las procuradurías no publican cifras específicas sobre feminicidios ni a nivel estatal ni federal, es decir, que estos crímenes están incompletos y básicamente inútiles, pues los datos no diferencian entre víctimas mujeres y hombres.
Distintos factores hacen complicado entender el alcance que tiene este problema. El Estado de México es un corredor de migrantes, donde ya se ha identificado el fenómeno de la “trata de mujeres”, dice la directora del Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidios, María Luz Estrada, quien acota que las mujeres desaparecen y nunca son vistas de nuevo o a veces los cuerpos aparecen sin ser identificados. Para Amnistía Internacional México, habla de la ineficiencia brutal de las autoridades y de la impunidad penal que trasciende a cifras estratosféricas.
La forma de actuar para la sociedad y los medios será entonces lanzar múltiples consultas, manejar cifras de emergencia ante casi los 16 millones de habitantes, en comunidades dispares del Estado de México.