por Luz del Alba Belasko
26 de Septiembre día de
protestas y de jornada mundial por “Justicia por la desaparición de Normalistas
de Guerrero”. En la capital mexiquense arribaron con enorme bandera blanca y negra a la
Plaza de los Mártires, distintos grupos de
estudiantes y padres de familia pidiendo justicia por los desaparecidos
de guerrero y castigo a los responsables por la desaparición de los 43
normalistas.
El grupo de estudiantes más emblemático por ser las más combativas en su carácter de Normales Rurales, fue la de “Lázaro Cárdenas del Rio” de Tenería, Estado de México. que a contracorriente, estas “normales rurales” persisten como importantes instituciones en la actualidad mexicana. Abandonadas, y con frecuencia atacadas por el gobierno, su terquedad posee aires épicos.
Caminan con su bandera de luto, repudiando enérgicamente el hostigamiento y los atentados en contra de maestros, normalistas, estudiantes, y del pueblo, exigiendo la aparición con vida de 43 normalistas de Ayotzinapa y castigo a los culpables.
Suelen ser pocos los medios de comunicación que cubren las luchas de los normalistas rurales y, cuando lo hacen, se recurre a una fórmula conocida: estudiantes revoltosos, jóvenes holgazanes, instituciones que pertenecen al mundo de ayer. Sin embargo, vistas desde sus orígenes, estas luchas se inscriben dentro de una tradición que tiene que ver con los orígenes mismos de las normales y el proyecto revolucionario de las que formaron parte, de construir una nueva nación con las armas de la cultura y la educación.
En otro sector de la
manifestación están estudiantes de la UAEMEX, pequeño contingente del ya casi
extinto Sindicato de Electricistas (SME), y de padres campesinos cuyos hijos se preparaban
para ser maestros. “No son diputados, ni gente reconocida, somos pobres, dice
Bernabé, son amas de casa con pancartas con las leyendas_ “¿qué harías si
fueran tus hijos?” “Ayotzinapa somos todos”.
La “indignación” del Peña Nieto por lo ocurrido en
Ayotzinapa, no convence a los asistentes ni a los padres, no sirve para los
familiares que no han podido abrazar a sus hijos en dos años desde que los
desaparecieron.
Así, la multitudinaria respuesta a la indignación y de luto
que ha provocado el caso en México y en el extranjero.