La rebelión más elemental expresa,
paradójicamente, la aspiración a un orden.
Albert Camus
Por Luz del Alba BELASKO
BITAKOREANDO
Este 1º de Enero en Territorio Zapatista
celebraron 21 años de una insurrección indígena y campesina. Fue en 1994 cuando
miles de ciudadanos mexicanos despertamos con la noticia de un grupo de indios
mayas que iniciaban la historia nueva de Chiapas, del país y de los pueblos
latinoamericanos. Recordar esa fecha no sólo es simbólica pues a lo largo de
estas dos décadas se han venido dando cambios donde la resistencia y la lucha
parecen como ese día fue: una historia de utopía y esperanza, una historia
donde surgieron entre las tinieblas los “sin rostro y sin voz”.
A 21 años el Estado sigue ejerciendo el monopolio de la violencia física y no
garantiza la seguridad de las miles de personas que hacen parte de procesos en
la defensa del territorio nacional.
Ha sido de gran relevancia en el EZLN los
honores a la bandera que imponen con su silencio y solemnidad un gran respeto
en donde el eco potente del “Zapata Vive” hace que todos se les enchine la piel
en donde la respuesta de “La lucha sigue”, reivindica el coraje combativo de la
rebeldía y la insurgencia, de la resistencia y la solidaridad, del apoyo y
sobre todo del apoyo mutuo entre pueblos organizados que están contra el modelo socioeconómico marcadamente
neoliberal y privilegiado a los interese de los empresarios y de las compañías multinacionales.
El Subcomandante Insurgente Moisés participo con un discurso en el que reforzó
la idea de construir desde abajo. Cito: “Nos han querido engañar los de arriba,
que ellos si saben pensar y crear, y que nosotros somos sus peones. “¡Al carajo
con eso!, ¡Ya basta!, así dijimos nosotros, nosotras las zapatistas, en el año
1994, y entonces nos tuvimos que gobernarnos autónomamente”.
Sus palabras también se refirieron a los
familiares de Ayotzinapa y apelaron a los pueblos originarios del Congreso
Nacional Indígena para que “abracen a los familiares de Ayotzinapa recibiéndolos
en sus territorios”. “Se crecerá más al compartir la palabra de dolor y de
rabia con estas personas”, añadió. Para finalizar, El Subcomandante dijo que
“En los próximos días, semanas, meses, saldrá más de nuestra palabra, de
nuestro pensamiento de cómo vemos el mundo pequeño y el mundo grande”. “Serán
palabras y pensamientos difíciles porque son sencillos”.
Así
atestiguan miles adentro del caracol y millones afuera del gran caracol del
universo que el gobierno mexicano es un gobierno que
privilegia
el mercado y los tratados de libre comercio, defiende la privatización y
competitividad basada en la desigualdad e inseguridad alimentaria para miles de
familias.
Hacer
una reflexión tras 21 años sobre lo que acontece en el panorama campesino, e
indígena y entre las organizaciones sociales quienes piden una
urgente y "profunda" revisión de los programas de protección a
líderes campesinos y donde las violaciones de los derechos humanos continúan porque:
las estructuras del “efecto shock del
miedo” están vigentes; el Estado tiene el poder económico, político, militar y
sigue operando impunemente. Y
porque las
estructuras de seguridad democrática siguen siendo débiles e ineficaces, el
Ministerio Público, que es el ente responsable de la investigación y
persecución penal, no funciona a cabalidad. Y porque aún persiste un armamentismo generalizado
entre la población y que en el contexto internacional alimenta los
comportamientos violentos, adquiriendo el carácter de política predominante.
Son 21 años y si efectivamente la lucha sigue y la
insurrección también.
CHIAPAS, MEXICO
artículo tomado: SEMANARIO PUNTO
Estado de México