Shell incita otra crisis en Argentina. El gobierno acusa a la petrolera de desestabilización mediante un ataque especulativo de compra de dólares para devaluar drásticamente al peso argentino. El gobierno desbarató la maniobra permitiendo la compra de dólares al público en general. La petrolera había comprado 3 millones 500 mil dólares en una sola operación y se quiso justificar con simplezas. No es la primera vez.
Acusación del gobierno
El ministro de Economía, Axel Kicillof, aseguró que Argentina estuvo el jueves bajo un ataque especulativo muy fuerte y acusó al titular de la petrolera angloholandesa Shell, Juan José Aranguren, de llevar a cabo la maniobra para elevar el precio del dólar y desestabilizar al gobierno (Calloni A., en La Jornada, p.2, 25 enero 2014).
Esto llevó a la decisión de permitir la compra de dólares para el ahorro privado, buscando dar certidumbre y generar más equidad en este asunto cambiario.
El ministro advirtió que hay intereses muy fuertes atentando contra el proyecto económico, como es el caso de la petrolera Shell.
Kicillof relató que ayer, cuando el dólar se estaba vendiendo a 7.20 pesos, la compañía pidió acceder a 3 millones de dólares a un precio de 8.40 pesos.
“La maniobra fue tan clarita que no hace falta explicarla demasiado –dijo–, estaban armando una escalerita que fue rápidamente desbaratada el día de ayer; querían tener un dólar a 13 pesos”. Señaló también a los exportadores de cereales que estuvieron reteniendo los pagos por exportaciones con la idea de que iba a darse una megadevaluación.
Kicillof dijo que los agricultores han retenido toda la cosecha y el gobierno calcula que eso equivaldría a unos 4 mil millones de dólares.
Los dólares de la cosecha son en Argentina la mayor fuente de ingreso de divisas para el Banco Central, cuyas reservas han caído 23 mil millones de dólares en tres años y se ubican ahora en 29 mil millones de dólares.
Sobre la medida anunciada, detalló que se autorizará la compra de dólares al público en general en concordancia con el flujo de ingresos declarado por los particulares y mediante el pago de un 20 por ciento de anticipo del impuesto a las ganancias. Ese mismo monto pasará a abonarse en las compras en el exterior y en la adquisición de divisas para turismo, en las que hasta hoy se retiene un 35 por ciento.
Lo que no podemos permitir tampoco es que vaya alguien, no diga de dónde lo sacó y2014, compre 2 millones de dólares por mes, sostuvo Kicillof, quien también consideró que a medida que la situación se vaya normalizando por supuesto que tendrá un efecto sobre las reservas.
Shell compró 3.5 millones de dólares
La petrolera Shell en Argentina confirmó haber comprado tres millones 561 mil dólares en el mercado de divisas a una cotización de 8.70 pesos, lo que puso en evidencia que la operación estuvo muy por encima de la cotización del jueves, que el ministro de Economía, Axel Kicillof, ubicó en 7.20 pesos argentinos por dólar y cuyo valor al cierre de ese día fue de ocho pesos (Calloni S., en La Jornada, p.18, 26 enero 2014).
Es decir que esta operación le habría costado a la trasnacional entre dos y cinco millones de pesos adicionales, pero no existe una explicación del hecho, que fue denunciado el viernes por Kicillof como una maniobra especulativa cuyo objetivo era la desestabilización del país.
En su respuesta a la denuncia, la petrolera sostiene que su presidente, Juan José Aranguren, se "encuentra de vacaciones" y negó que tanto el directivo como Shell "hayan realizado especulaciones cambiarias con fines especulativos o desestabilizadores".
Shell envió la respuesta al periódico Tiempo Argentino, al portal de noticias Infonews y a la agencia de noticias oficial Télam, y fue calificada como "una extraña nota" por el primero de estos medios.
De la misma manera, también cursó la respuesta al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y a Kicillof, reclamando una rectificación de la información publicada ayer.
"En el día de ayer hemos realizado operaciones cambiarías a través del mercado único y libre de cambios", sostuvo la petrolera en su respuesta, en la que reconoció que las operaciones incluyeron "una compra neta de mil 561mil dólares estadunidenses" y destacó que la operación de compra-venta de la divisa estadunidense se "cursó a través del banco HSBC".
Kicillof sostuvo que mientras desde los medios agitaban el comentario de que el país se caía, resulta insólito que mientras el mercado operaba en siete pesos por dólar, Shell quiso comprar dólares a un precio más alto del que tenía, tratando de armar "una escalerita", lo que fue desbaratado el día de ayer.
No es la primera vez
Nuevamente, Argentina revela al mundo lo que NO se debe hacer. Cuando hace unos años el neoliberalismo impuso diversas privatizaciones presentó a Argentina como el modelo. Las privatizaciones fracasaron en Argentina y demás partes. Lo que ahora hacen las transnacionales contra Argentina es el espejo en que debían mirarse las demás naciones pues lo mismo harán las transnacionales en su contra.
Las corporaciones no se detienen en nada. Una vez dentro de las naciones se apoderan de los recursos naturales y adquieren poder político que tienden a ejercer en su beneficio. Las transnacionales son cárteles internacionales dl crimen en alta escala. Su poderío les permite comprar millones de de dólares en una sola operación, alterar desfavorablemente la paridad cambiaría con la moneda nacional, creando dificultades al gobierno para, incluso, intentar deponerlo.
Esto es, las transnacionales son proclives a crear crisis artificiales, a través de la especulación, como el presente caso. No nada más. Con anterioridad ha habido guerras, como la del Chaco, Uruguay, o la ocurrida entre Perú y Ecuador.
Estas acciones forman parte de la guerra por el petróleo. En la geopolítica petrolera, el imperialismo tiene en la mira a Colombia, México y Venezuela, de cuyos países quiere la garantía de suministros seguros. Pero no quiere solamente petróleo, quiere todo, incluida la independencia de las demás naciones.
Latinoamérica y el Caribe son la trinchera del mundo. Eso es insoportable para el imperio, mismo que preferiría gobiernos dóciles.
Frente de Trabajadores de la Energía,
de México