Otro día tristísimo para los mexicanos

 

Aquel 13 de agosto de 1521, cayó Tecnochtitlan en manos de los invasores españoles. 492 años después, Peña Nieto y Videgaray entregan la nación a las corporaciones transnacionales. Aquella ocasión hubo combates, esta vez solo sumisión genuflexa en nombre del dinero.


13 de agosto de 1521

 
Primero, los españoles cortaron el agua y los abastecimientos provenientes desde Chapultepec. Luego, se sucedieron combates día y noche durante 93 días. El 12 de agosto, Malinalcas, matlatzincas y cohuixcas, aliados de los mexicas, seguían combatiendo, incluso, casa por casa.


Los tambores mexicas de guerra no cesaban de tañer. En eso los españoles tomaron a Tlatelolco venciendo a tlatelolcas y tenochcas.


El 13 de agosto de 1521, Cuauhtémoc salió de Tenochtitlan en una canoa y fue capturado, llevado ante Cortés y obligado a rendirse. Ese día, México-Tenochtitlan cayó en poder de los invasores. Ese fue el día que marcó el sometimiento violento de los mexicas a la corona española. Fue un día tristísimo.


Los españoles y sus aliados tlaxcaltecas, texcocanos, huejotzincas, chalcas, cholultecas y demás coaligados mataron a más de cuarenta mil mexicas durante las últimas jornadas.
Rojas están las aguas, cual si las hubieran teñido, y si las bebíamos eran aguas de salitre Golpeábamos los muros de adobe en nuestra ansiedad y nos quedaba por herencia una red de agujeros. En los escudos estuvo nuestro resguardo, pero los escudos no detienen la desolación.                     Poema de la Conquista (1528)

 

El mismo día infausto, en Coyoacán Coapopocatizin, los conquistadores organizaron un banquete con vino, carne de cerdo y pavo y tortillas de maíz en abundancia. Al día siguiente celebraron misa y se cantó un tedeum. Empezó el colonialismo que duraría 300 años hasta que la guerra insurgente logró la independencia en 1810 aboliendo la esclavitud.
Vendría una Revolución en 1910 y se lograrían importantes conquistas, con la expropiación petrolera de 1938 y la nacionalización eléctrica de 1960, en un arduo batallar de los mexicanos durante ya casi cinco siglos de resistencia.
 

12 de agosto de 2013
 

492 años después, Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray encabezaron ayer, en la ciudad capital, la rendición en nombre de México ante las transnacionales. Los dos traidores anunciaron el fin de la expropiación petrolera de 1938 y de la nacionalización eléctrica de 1960.
 

La diferencia es que, esta vez, no hubo combates previos. Todo fue simples alianzan a conveniencia entre las mafias que representan Peña y Videgaray y las corporaciones transnacionales. La rendición fue voluntaria, engañando a la nación para entregar al invasor el patrimonio colectivo de los mexicanos en materia energética, el que incluye territorio, recursos naturales, espacio radioeléctrico y funciones estratégicas.
 

Aquella vez los mexicas padecieron una epidemia de viruela que los minó. Esta vez, la epidemia ha sido de corrupción e impunidad. Aquella ocasión nos conquistaron con la espada y con la cruz, ésta vez con el dinero y la cruz. Aquella ocasión las armas de los mexicas eran pobres, hoy ni siquiera hubo resistencia. Aquella vez, Moctezuma y Cuauhtémoc fueron engañados, ésta vez Peña y Videgaray simplemente se inclinaron mintiendo a la nación, previamente habían sido domesticados, ya estaban como totonacas del lado de los invasores.
 

Este es otro día tristísimo para los mexicanos, día en que fue robado el patrimonio petrolero y eléctrico de la nación.
Como en aquella ocasión, los neoliberales (gobierno, empresarios y transnacionales) organizaron un bacanal y, por supuesto, también una misa para celebrar que con mentiras volvieron a poner de rodillas a la nación mexicana.


Para la rendición, Peña y Videgaray contaron con el apoyo coaligado de los partidos políticos: PRI, PAN, PRD y PVEM, principalmente, así como de los medios escritos y electrónicos. También, con el silencio cómplice de la gran mayoría de intelectuales, académicos, investigadores, universitarios, artistas, periodistas y clero político. Muy pocas, casi contadas, son las honrosas excepciones, entre otras, el FTE de México.
Pronto se extendió la conquista española por todo el territorio. Así volverá a ocurrir ahora, incluyendo al mar y al espacio radioeléctrico. 


Otra vez están planteado los mismos retos: la Independencia, la Revolución y la Re- nacionalización. Para lograrlos se necesita lo principal: organización y dirección política, la primera estructurada a nivel nacional, la segunda con independencia de clase.