«¡Gracias
señor presidente por la forma tan rápida con que resolvió la
escasez de papel!», dijo García Valseca
No es que sea agua fiesta pero el origen de la celebración del 7 de junio como Día delaLibertaddeExpresión no es un origen nada bello ni romántico, si todos los mexicanos supieran su origen lo cambiarían por cualquiera de las otras dos fechas existentes, la propuesta por le ONU el 3 de mayo y la que los periodistas chiapanecos consideran el 7 de octubre en honor al Dr. Belisario Domínguez.
Según Arturo Herrera Cornejo del "Cambio de Michoacán", el 7 de junio de 1951, en la Ciudad de México, los directores de los principales diarios se reunieron en una comida con el presidente de la República, Miguel Alemán Valdez. El festejo nació a iniciativa del coronel José García Valseca, dueño de la cadena de «los Soles» para protagonizar desde entonces, cada año, un torneo de salamería. El único propósito del encuentro era dar las gracias al jefe del Ejecutivo nacional.
"El festejo del 7 de junio se originó de un hecho bochornoso, la convivencia entre editores y gobierno. Eran tiempos en los que la prensa se encontraba totalmente sometida y se hacía de la vista gorda ante los abusos del poder. El presidente fue invitado a una comida de agradecimiento: «¡Gracias señor presidente por la forma tan rápida con que resolvió la escasez de papel!», dijo García Valseca, luego de que la orquesta Pedro García -que acompañó con sus notas a los cantantes Pedro Vargas y Toña La Negra- hizo una pausa para dar paso a los discursos en los que se reiteró una y otra vez el agradecimiento al presidente Alemán «por hacer posible el ejercicio de la libertad de prensa».
El menú que se sirvió en el Restaurante Grillón, de la Ciudad de México, abrió con hígado de ganso con jalea de champaña, huevos rellenos de caviar ruso, de platos fuertes langosta a la americana, arroz a la criolla, timaba de jamón de York a la florentina y pato en salsa de Curazao; de postre crepas de cajeta de almendras, todo regado con vinos Chablis 1946 y champaña Charles Heidseck.
Martín Luis Guzmán, director del semanario Tiempo, fue el encargado de redactar la invitación que se distribuyó a 128 directores de medios de la capital y de los estados, en la que se leía: «La prensa mexicana, integrada por todos los diarios, semanarios, y revistas serios y de carácter informativo, se halla en deuda con el presidente de la República, licenciado Miguel Alemán. Durante los cuatro años y medio ya transcurridos dentro de su periodo ha sido él constante y escrupuloso mantenedor de la libertad de prensa, así como la de pensamiento y palabra».
Al año siguiente, el coronel García Valseca bautizó al 7 de junio como el «día de la libertad de prensa» y, en un acto de genuflexión hacia el presidente, al hacer uso de la palabra dijo: «Proponemos hoy a la nación mexicana que este 7 de junio sea, año con año, de consagración de los periodistas al ideal de la libertad de prensa que usted, señor presidente, ha enaltecido con respeto, como parte fundamental de nuestra nacionalidad».
De ahí en adelante, cada año el 7 de junio fue el día de acción de gracias al presidente en turno, desde Alemán hasta Zedillo, por permitir el ejercicio de un derecho consagrado en la Constitución General de la República.
Miguel Alemán, el primer presidente homenajeado con este ritual, para nada fue respetuoso de la libertad de expresión".
El origen nos remonta pues a uan fecha donde la prensa se postra a los pies del gobernante en turno y el gobernante a su vez diserta discursos llenos de demagogia y retórica sobre "respeto" y "garante" de la libertad de expresión. Aunque el resto de los días del año sea todo lo contrario.
Celebraremos una fecha importante cuando haya plena libertad, donde la censura y la autocensura sean cosa del pasado y no un mal vigente todavía.
SaladePrensa