Con un “estudio” encargado al CIDAC, el equipo de Peña Nieto pretende adornar el discurso para destruir a la industria eléctrica nacionalizada. Se propone privatizar a la generación, transmisión y distribución eléctrica, tres de las fases constitucionalmente estratégicas del proceso de trabajo eléctrico. Eso implicaría privatizar también a la comercialización en un retroceso al pasado ominoso.
Propuesta explícita de privatización eléctrica TOTAL
La política de Peña Nieto contra el patrimonio energético de la nación es muy agresiva. Las posibles iniciativas de contra-reforma constitucional siguen avanzando en los despachos apátridas. No es solo una agresión en materia petrolera sino también eléctrica.
En el diario mexicano Reforma se publicó la siguiente noticia.
El equipo de transición de Enrique Peña Nieto en materia energética, analiza la apertura del sector eléctrico para que empresas privadas compitan con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en los ramos de generación, distribución y comercialización, hasta ahora exclusivos del monopolio (López A., en Reforma, 16 oct 2012).
El Centro de Investigación pare el Desarrollo, A.C. (CIDAC) realizó un análisis a petición del grupo que prepara el nuevo Gobierno y lo presentó el viernes pasado. Dicha iniciativa podría integrarse a la propuesta de reforma energética, explicó Rafael Ch Durán, analista del instituto.
En una primera etapa se considera que el sector industrial pueda aprovechar el modelo de cogeneración para vender directamente su energía excedente a otros consumidores privados, comerciales o industriales y no en un esquema directo como el actual, donde se vende el excedente solo a la CFE
“Si se genera un esquema eléctrico en el cual, en lugar de comprarle a la CFE, le compre a mi empresa vecina, sería mucho más eficiente, menos costos de distribución y lo único que se necesitaría es que la empresa que está teniendo excedente le pague un porcentaje a CFE por utilizar su red de transmisión”, señaló el analista.
Ch Durán explicó que otra de las propuestas es que la paraestatal cotice en la Bolsa Mexicana de Valores a través de acciones.
“Cuando cotizas, la Bolsa te establece ciertos criterios de eficiencia, al interior de la CFE se generarían incentivos muy buenos y transparencia en muchos de los procesos.
“Si bien una parte de la empresa se `privatiza ́ en el sentido de que vende bonos o acciones, de todas maneras, cuando las paraestatales suelen cotizar en Bolsa, ese monto es mínimo, entonces, no suele verse como una compra de privados a la empresa paraestatal”, apuntó.
Vileza y traición a México
El CIDAC no es “independiente” como dice, tampoco es cierta su “visión” y “misión”, sino a la inversa. Esos “consultores” de negocios simplemente dicen lo que el cliente (que paga el estudio) quiere escuchar para justificar la agresión contra la nación en materia eléctrica.
El CIDAC es parte de la traición a la que adorna con argumentos cínicos y falsos.
Primero, en “su estudio” propone la privatización de la generación, transmisión y distribución eléctrica, actualmente a cargo exclusivo del Estado a través de la CFE. No se trata de promover ninguna “competencia” sino de privatizar a la CFE para destruir total y explícitamente a la industria eléctrica nacionalizada.
Esas tres fases (generación, transmisión y distribución eléctrica) constituyen las principales fases del proceso de trabajo eléctrico, cuyas funciones son constitucionalmente estratégicas. Para lograr que en esas funciones intervenga el capital privado sería necesario reformar regresivamente al párrafo sexto del artículo 27 constitucional y al párrafo cuarto del artículo 28. Esa sería la PRIVATIZACION y la DESNACIONALIZACION TOTAL.
Que el sector industrial privado pueda “cogenerar” y vender sus excedentes a consumidores privados es algo que ya ocurre actualmente, en la completa ilegalidad. Pero decir que con la “empresa vecina” sería “mucho más eficiente” y se tendrían “menores costos de distribución” es un discurso falso.
La electricidad no se genera solo por generarla, ni se suministra “en general” sino, precisamente, en condiciones de estabilidad, continuidad y calidad. Para ello fue que integramos a la industria nacionalizada, se unificó la frecuencia y construimos un Sistema Interconectado Nacional (SIN). La CFE es la “vecina” de todos porque está en todo el territorio nacional. La mejor eficiencia la logra el
Sistema Eléctrico Nacional (SEN) que Peña y el CIDAC proponen desintegrar. Esos “costos menores” los propone mañosamente el CIDAC mediante “el pago de un porcentaje” a la CFE por la “utilización de las redes eléctricas nacionales”, es decir, pagando un porteo casi simbólico para obtener mayor ganancia privada con cargo a la infraestructura pública.
PRIVATIZAR la transmisión y distribución eléctrica implicaría DESTROZAR al SEN en miles de pedazos, algo peor al escenario existente antes de la nacionalización cuando las compañías extranjeras tenían concesiones territoriales, sus propias redes y clientes. Eso provocó un verdadero desastre expresado en el mal servicio proporcionado, apagones, altas tarifas, multitud de frecuencias y una calidad pésima. Eso, precisamente, condujo a la nacionalización pero, ahora, el CIDAC y Peña quieren descubrir el agua tibia y proponen el regreso a un pasado ominoso.
El CIDAC reconoce que “una parte de la empresa se privatiza” pero, de acuerdo a lo que explica su vocero, la privatización sería TOTAL y no de “la empresa” sino de la industria eléctrica nacionalizada.
Respecto a la cotización en la Bolsa se trata de una gran mentira. En la Bolsa cotizan los especuladores y el patrimonio de la nación no es para que la manejen truhanes porque, a diferencia de los privados, los objetivos de la industria nacionalizada no son el lucro y la ganancia ilícita sino el beneficio social. Para eso se nacionalizó a las industrias eléctrica y petrolera que, durante décadas, han contribuido al desarrollo económico y social de la nación.
Las propuestas del CIDAC y de Peña Nieto son inescrupulosas y constituyen una vileza y traición a la nación. El “estudio” (pagado) no es tal y carece de toda ética. De lo que trata es de adornar el discurso entreguista para privatizar el patrimonio energético de la nación entregándolo a la voracidad del capital transnacional. Eso es inaceptable. Actualmente ya está privatizado el 52% de la generación eléctrica. No les basta, quieren ya el 100% como lo propuso el Banco Mundial en 1995.
Frente de Trabajadores de la Energía, de México