"UN REGALO PARA LA IZQUIERDA Y FALTA SABER QUE HARÁ CON TODO ELLO..."




Luis Contreras.

Una semana después de lo de la Ibero y ya hay en el lenguaje electoral nuevos escenarios. Le han preguntado a Josefina si declina su candidatura. Se realizaron marchas en contra del manejo informativo de Televisa. Marchas en contra de Peña. Marchas a favor de López Obrador. Ma- nifiestos. Se jura y adjura. Los costos del proceso están al alza.

López Obrador está recibiendo un obsequio. Uno que viene de la voluntad independiente y crítica que se manifiesta en contra de la forma de una campaña y del diseño de un candidato. No proviene de la creatividad de la izquierda y menos del martillo del gobierno federal.

Quedan varias semanas por delante antes de ese 1 de julio en el que se decidirá el futuro del país en su etapa mediata e inmediata. El proceso de sucesión federal había logrado situar sólo a uno en la contienda y luego de un reclamo estudiantil el terreno se mueve y podrían ser tres o al menos dos los cerradores.

Se trata de un regalo para la izquierda y falta saber lo que se hará con todo ello. Aun falta al menos un debate oficial y los cierres electorales. Para el caso local falta también el inicio en estos días, de los proce- sos locales que también agregarán su propia temperatura.
Los ecos lentos pero sólidos de la FIL lograron filtrar las aulas universitarias y al menos ese sector en específico ya ha emitido un juicio y un voto previo si no a favor sí en contra de un candidato y lo hace a través de la marcha y de su negativa ante lo que se leyó como la imposición de un presidente de la mano de la poderosa te- levisora y sus aliados.

Hay un nuevo proceso. No es fácil determinar si lo será del todo. Si se con- trarrestará con eficacia una tendencia que tiene seis años y que significa en una ven- taja hasta hace poco inalcanzable para el resto de los competidores. Hay también un nuevo debate y nuevas preguntas. Podría ser que al final la pregunta última será si se está a favor o no del regreso del PRI al gobierno federal.
Cuentan las leyendas electorales que si en una elección hay poca votación gana el voto duro, pero si en cambio el voto es abundante, el voto militante no es sufi- ciente para determinar el resultado de una elección. Esa también podría ser la última fotografía de este proceso: la casilla vacía o las largas filas en torno a ella. Imagen definitiva.

¿Qué tanto se puede tensar esta cuerda? No es posible anticiparlo. Pero ello dependerá de la decisión que tengan ac- tivistas, militantes, simpatizantes, parti- dos, candidatos, gobiernos, medios y en general una sociedad que siempre tiene la posibilidad de incidir efectivamente con la emisión de su sufragio. Por lo pronto, lo que queda de una semana de marchas es que el costo general de la elección será mucho mayor del que se pensaba, tanto para el que gana como para los que per- derán en este proceso.

El crujir de dientes

No se pudo ver una sola entrevista ni en medios impresos ni en electrónicos de alguno de los estudiantes de la Ibero que el viernes 11 repudiaron al candidato del PRI, Enrique Peña antes, durante y después de su comparecencia en esta universidad.
La operación política intentó, quién sabe con cuanto éxito, hacer un control de daños a través de la minimización de los sucedido y también acusando a “un gru- po” a “unos pocos” a “algunos cuantos” e inclusive se llegó a decir que se trató de un acto de la insidia panista o perredista.
Sin embargo lo que se veía en las imáge- nes de algunas notas de televisión no eran algunos pocos y lo que se subió a Youtube hablaba definitivamente de un rechazo ma- yoritario de los estudiantes de esta universidad poco popular, por decir lo menos.

¿Cuál podría ser el origen del rechazo? Es posible que el golpe sea un eco de la FIL, también podría expresar un repudio a la forma de una campaña y al diseño de un candidato, que salvo escasas excepciones, no ha dado verdadera muestra de lo que al- gunos escritores e intelectuales han definido como de “ciertas tablas”.

Sea cual sea la razón se trata de la nota más alta de todo el proceso electoral. Mucho mayor que lo ocurrido en el debate o en el intercambio diario de los ajos y las cebollas entre los cuatro candidatos a la Presidencia de la República.

Vino luego el caso Coahuila y finalmente Michoacán. Los efectos del peor momento en la campaña del exgobernador del Estado de México aún están por conocerse pero a pesar de su alto impacto en las encuestas o su influencia periférica en la preferencia electoral, el hecho es más que significativo.
Esta semana se dará una única oportu- nidad para cerrar los números y hacer del proceso electoral una competencia no de uno sino de tres y ello equivale no sólo a complicar la victoria electoral del ganador y garantizar un postelectoral de alta tempe- ratura, sino que también haría posible una distribución más equitativa de los escaños del Congreso de la Unión.

La batalla por México está por la presi- dencia pero lo está en mayor medida por el Congreso. Es esta instancia la que decide lo que habrá o no de hacerse en la administración federal, determina la legislación fiscal, laboral, en medios, penal, entre muchas otras y sobre todo hace de sus votos el ejercicio definitivo en la distribución del presupuesto.

A pesar del sistemático ataque mediáti- co a la parálisis parlamentaria que poco se detiene en la endémica mezquindad de los partidos políticos, la pregunta que se hará el elector es si prefiere un gobierno con mayoría absoluta o uno obligado a la coalición.

Se viene el cierre de una elección que comienza en un bostezo pero que a partir de un sólo acto público con universitarios y desde el insólito poder de los teléfonos ce- lulares, ha logrado hacer crujir los aceros, las tuercas y los tornillos de toda la estructura priísta y con ello se ha conseguido torcer el piso plano por el que se movía su proyecto.
gallolcg@hotmail.com