A la sociedad en general:
A los periodistas mexicanos:
A unos días del asesinato de Regina Martínez, corresponsal de Proceso en
Veracruz, se han producido nuevos crímenes contra periodistas en esa
entidad, lo que coloca al ejercicio informativo en una situación
particularmente peligrosa ante la cual los suscritos demandamos un alto a
las agresiones y una recta aplicación de la justicia.
Lo sucedido en Veracruz, sin embargo, no es privativo de esa entidad. A
lo largo del país se reproducen las condiciones que propician los
ataques a periodistas y se registran agresiones cotidianamente, sin que
exista preocupación, prevención y protección reales de parte de las
autoridades. El oficio de informar se ha convertido en México en una
actividad de altísimo riesgo ante la impune ofensiva de grupos de
delincuencia organizada y de autoridades e instituciones penetradas y a
veces virtualmente manejadas por esos delincuentes.
Salvo la emisión rutinaria de declaraciones y promesas, y la formación
de comisiones investigadoras circunstanciales pensadas sólo para salvar
el momento, la gran mayoría de los gobernantes y las autoridades, de
todos los niveles y partidos, han dejado de cumplir sus obligaciones
ante el evidente y cotidiano acoso del crimen organizado, y sus
vinculaciones con los poderes públicos, contra los periodistas. En
varios lugares, son esos propios gobernantes y autoridades quienes
enderezan las acciones represivas contra el gremio periodístico,
deseosos de someter al silencio y al control a los medios de
comunicación hasta establecer una suerte de estado informativo de
excepción, en donde sólo se puede publicar lo que los poderes permiten.
Ante ello, exigimos:
- Esclarecimiento puntual de los asesinatos cometidos contra compañeros
de Veracruz y una recta aplicación de la justicia.
- Alto a las agresiones contra periodistas en todo el país, no solamente
en términos físicos directos, sino también en cuanto a amenazas,
presiones y manipulaciones.
A nuestros compañeros periodistas les invitamos a reproducir en todo el
país estos actos de denuncia y protesta. En cada rueda de prensa
importante deberíamos usar algún turno de preguntas para plantearle a
los funcionarios de primer nivel nuestras preocupaciones y preguntarles
directamente qué van a hacer o qué están haciendo, en términos concretos
y más allá de las palabras, para proteger el ejercicio periodístico del
acoso criminal que todos conocemos.
Ciudad de México, 4 de mayo de 2012