e l e k t r o n
Con 670 permisos privados de generación vigentes, al 31 de febrero de 2012, el 48.99% de la capacidad de generación eléctrica total a nivel nacional ya era privada. Otros 318 permisos privados, principalmente de Autoabastecimiento, han sido momentáneamente “terminados” pero tienden a reaparecer a través de las transnacionales eólicas incrementando la privatización.
670 permisos privados
De acuerdo a la información de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), organismo del imperialismo encargado de otorgar inconstitucionales permisos de generación eléctrica a los particulares, al 29 de febrero de 2012, había 670 permisos administrados vigentes. El mayor número corresponde a la modalidad de Autoabastecimiento (AUT), luego sigue la Cogeneración (COG) y la Producción Independiente de Energía (PIE).
Siendo solamente 28 permisos PIE, su contribución a la capacidad instalada concesionada es mayoritaria (49.31%), con 14,289.7 megawatts (MW) de un total de 28,892.9 MW. Siguen en importancia los permisos AUT y COG.
Tratándose de la capacidad de generación, los permisos PIE dominan de manera relevante (56.34%), con 101,930.6 gigawatts- hora (GWh) de un total de 181,517.1 GWh, seguidos de los permisos AUT, COG, Exportación (EXP) e Importación (IMP).
47 permisos “privados” a Pemex
Dentro del total de permisos privados otorgados por la CRE, se incluyen 47 otorgados a Pemex, siendo 31 en la modalidad de AUT y 16 en COG. Dado que Pemex oficialmente pertenece al sector público, separando estos permisos, el total otorgados al sector privado es de 623.
La capacidad instalada correspondiente a los permisos privados de Pemex, en ambas
modalidades de AUT y COG, es de 1,783.386 MW. Restando estos valores, la capacidad eléctrica instalada del sector privado es de 27,195.314 MW.
Tratándose de la generación eléctrica, los permisos privados de Pemex ascienden a 9,106.07 GWh, por lo que, al sector privado corresponde un total de 172,410.93 GWh.
Capacidad instalada y de generación de la CFE
Al 31 de diciembre de 2011, la capacidad eléctrica instalada de la CFE fue de 51,177 MW. Pero, de este total, las corporaciones transnacionales poseen en propiedad privada 11,907 MW. La capacidad instalada propia de la CFE es de 39,270 MW. Los funcionarios de la CFE reportan el total como “servicio público” pero no hay tal. Las corporaciones suministran a la CFE la energía que generan, con su propia infraestructura, mediante convenios de compra- venta a 25 años prorrogables. La participación privada ocurre vía la modalidad PIE.
En el caso de la generación eléctrica, la capacidad total fue de 254,680 GWh, siendo privada 84,260 GWh y, generación propia el resto, es decir, 170,420 GWh. Para la zona Centro no se indican datos. Se presume que la bajísima capacidad de esta zona está fuera de operación.
La capacidad instalada, como la de generación, de la CFE prácticamente no ha crecido, si bien, ha aumentado respecto del año anterior. Eso se debe a la deliberada política oficial consistente en “congelar” la expansión de la CFE para favorecer la intervención privada. Esta se ha venido disparando. La privatización interna de la CFE es alarmante, 23.27% de privatización en la capacidad instalada y 33.08% en capacidad de generación. Esta sería la privatización en operación de la CFE.
Si se considera a la industria eléctrica nacionalizada en su conjunto, como debe ser pues la CFE no es una empresa aparte sino que representa a la industria eléctrica nacionalizada, la situación es más grave, pues la gran cantidad de permisos privados de generación en las modalidades AUT, COG, EXP, IMP, PP y UPC contribuyen a la privatización. Además, hay permisos PIE en construcción y en otras modalidades en todo el país.
Nivel de privatización eléctrica
La industria eléctrica nacionalizada está representada por la CFE pero ésta ha venido cediendo sus funciones constitucionales estratégicas al sector privado. No se trata solamente de la capacidad interna en operación de la CFE sino de la capacidad nacional, que cada vez se entrega en mayor proporción al sector privado.
Las modalidades de AUT y COG constituyen permisos simulados, incluso fraudulentos, porque no son para el Autoabastecimiento ni para la Cogeneración. Se trata de simples permisos de generación que las corporaciones utilizan para abastecer a su cartera de clientes privados. Con ello, sustraen funciones y clientes a la CFE.
Si se considera la capacidad de generación total autorizada por la CRE, es decir, 181,517.0 GWh respecto de la capacidad de generación total de la CFE, es decir 170,420.0 GWh, el nivel de privatización sería de 51.58%.
Pero una parte de los permisos “privados” otorgados por la CRE han sido a Pemex, paraestatal mexicana con facultades para la cogeneración eléctrica.
Si la capacidad propia de generación eléctrica de la CFE es de 170,420 GWh y la de Pemex es de 9,106.07 GWh, entonces, la capacidad de generación del sector público en México asciende a 179,526.07 GWh.
Habiendo separado los permisos “privados” de Pemex, excepto uno (mismo que la CRE otorgó a Pemex pero la paraestatal entregó de inmediato a una transnacional), la capacidad de generación privada es de 172,410.93 GWh.
Habiendo separado los permisos “privados” de Pemex, excepto uno (mismo que la CRE otorgó a Pemex pero la paraestatal entregó de inmediato a una transnacional), la capacidad de generación privada es de 172,410.93 GWh.
La capacidad de generación total a nivel nacional es, por tanto, de 351,937.0 GWh. Esto implica que, el 48.99% está en manos privadas.
La CFE genera el 48.42%, Pemex el 2.59%, haciendo un total de generación eléctrica por el sector público de 51.01%. El resto es generación eléctrica privada.
Algunos de los permisos se encuentran en la fase de construcción pero ya son privados.
Al entrar en operación simplemente se confirmará la privatización. El nivel de privatización actual oscila ligeramente porque varios permisos han salido de operación.
La tendencia privatizadora, sin embargo, es creciente. Más aún, si se considera que la mayoría de los planes oficiales previstos al futuro próximo serán privados.
En el presente reporte, el nivel de privatización parece un poco menor a los anteriores, debido a que la CFE reportó un aumento en la generación propia. Asimismo, continúan saliendo de operación varios permisos privados.
Permisos “renunciados”
Al 29 de febrero de 2012 había 318 permisos de generación eléctrica que habían sido “terminados”, la mayoría por renuncia de los permisionarios, principalmente, en las modalidades de AUT, COG, IMP y Usos Propios Continuos (UPC).
En algunos casos podría haber inconveniencia y/o incapacidad por parte de los permisionarios. Pero un número importante de pequeños permisos también se dan por “renunciados”.
Entre estos permisos se incluyen 22 otorgados a Teléfonos de México, 96 a Wal- Mart, 21 a Bimbo y a otras empresas privadas. En estos casos no hay incapacidad sino cambio de planes. También hay 16 permisos de Pemex.
En la mayoría de los casos se trata de una deliberada maniobra, la renuncia es aparente. Empresas como Bimbo, que tienen permisos privados de generación para sus diversas plantas en el país, a base de combustión interna, han anunciado un viraje. Argumentando que apoyarán la generación a partir de energías “limpias” (renovables), se preparan para invertir en proyectos grandes a cargo de transnacionales. Estas generarán para sus clientes a partir del viento. La CRE les otorgará los permisos correspondientes, bastando intercambiar los actuales permisos pequeños por unos nuevos de mayor capacidad. Serán permisos de falso AUT. Wal-Mart ya sigue el mismo camino.
Debido a la salida momentánea de esa capacidad eléctrica privada es que el nivel de privatización se mantiene alrededor del 50 por ciento. Si se considerara a tal capacidad, la privatización furtiva sería mayor. En cuanto esas empresas privadas sellen la alianza con las transnacionales, la privatización se disparará.
En todos los casos, se pretende eludir a la CFE. Los privados con mayor consumo seguirán comprando la energía eléctrica que necesitan pero lo harán a las transnacionales, de cuya cartera son clientes. Los objetivos son simples: favorecer al capital privado, aumentando el nivel de la privatización eléctrica furtiva, para deteriorar más a la industria eléctrica nacionalizada.
Estos no son los únicos casos. Varios municipios tienen firmados contratos con las transnacionales para el “autoabastecimiento” remoto de energía eléctrica o mediante IMP. La transmisión eléctrica se realiza por las redes eléctricas nacionales que el Estado ha puesto al servicio de las corporaciones.
Lo anterior es parte de los planes destructivos del patrimonio eléctrico nacional, auspiciado por la propia CRE y los sectores que, infantilmente, consideran que la CFE “es el enemigo a vencer”, debido a los deliberados errores y abusos de la administración en turno.
El virus del Fujimorismo se ha introyectado deliberadamente. Con una percepción negativa y un consenso adverso entre la población, debido a errores y abusos en los cobros, el campo es propicio para privatizar totalmente a la CFE.
Pronto veremos “nuevos” permisos de la CRE para los mismos usuarios (clientes) privados. Así, se acelerará la privatización eléctrica furtiva. Además, están en proceso varios permisos PIE.