Jornada del 1o de mayo en México
Esta fue, tal vez, la manifestación más pobre de los últimos tiempos, debido al bajo número de participantes y carencia de contenido político, tanto en la capital como interior del país. Los golpes recibidos han impactado negativamente al movimiento, lo mismo que la drástica reducción en el empleo y salarios. Continúan operando los varios mecanismos de control del charrismo sindical.
La manifestación en declive
En los últimos años, la marcha del 1o de mayo en México sigue entre el ritual y la apatía. Durante décadas, el charrismo sindical promovió grandes movilizaciones de masas que, obligatoriamente, acudían a “darle gracias” al presidente en turno. Desde la anterior década de los 70s, recuperamos a ese día como uno de lucha y de protesta. Luego, se hacían dos marchas: la oficial y la independiente. Más tarde, se invirtió la situación, los charros hacían su evento muy temprano y, los “independientes” marchábamos después por el centro de la ciudad capital al Zócalo.
Esta vez, las marchas estuvieron marcadas por la coyuntura electoral y la crítica a la política laboral del gobierno de derecha (PAN). La situación es tal que el número de desempleados asciende a 8.7 millones –según datos del Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM– y, la pérdida del poder adquisitivo del salario real asciende a 42 por ciento en lo que va de la presente administración gubernamental.
La característica de este 1o de mayo fue también la persistencia de algunos conflictos no resueltos, entre otros, los del SME y de la ASPA y ASSA de Mexicana de Aviación. El descontento, sin embargo, es generalizado, no así la capacidad de respuesta.
En algunos medios se publicó: “La movilización congregó en el Zócalo capitalino a más trabajadores que los pasados años los cuales marcharon desde el Eje Central”. No fue así. Nosotros vimos algo muy diferente. Ni la marcha ni el mitin fueron tan numerosos. Si participamos algunos miles. Es cierto, también, que desde hace algunos años la asistencia ha venido disminuyendo apreciablemente. Pero este 2012 es, tal vez, el peor momento.
Los “organizadores” convocaron a sus contingentes en muchos puntos, todos muy cercanos al Zócalo, haciendo una marcha “achicada”. Muchos contingentes faltaron o asistieron reducidos. Por Paseo de la Reforma, lo destacado fue el vacío casi total, a diferencia de otros años.
Zócalo casi vacío
Si la marcha fue muy pobre, el mitin no fue mejor. Es costumbre que al Zócalo entran y salen los trabajadores y, generalmente, muchos no se quedan a escuchar a los oradores. Para algunos es una verdadera tortura escuchar los discursos acartonados, superficiales y aburridos de las cúpulas sindicales.
Algunos medios publicaron que “la plaza se llenó con los integrantes de los sindicatos independientes”. En ningún momento fue así.
Esta vez, la ocupación del Zócalo no llegó a un tercio, es decir, menos de 30 mil personas. Este nivel el más bajo de la década. Tan poca fue la asistencia que, habiendo empezado a las 10 hs., a las 12 del día estaba por concluir el mitin.
Varios sindicatos estuvieron presentes, entre otros los telefonistas, electricistas del SME, pilotos de ASPA, sobrecargos de aviación de ASSA, universitarios del STUNAM, y algunos más. No destacaron los grandes sindicatos ni los pequeños, varios de los cuales no asistieron.
Como en otras ocasiones, estuvieron algunos colonos, campesinos, estudiantes y grupos políticos socialistas.
Pobre contenido político
El contenido político no fue mejor. Se sigue repitiendo la vacuidad, la carencia de propuestas, la fragmentación del discurso y la superficialidad del mismo.
La crítica al gobierno se personalizó, con performance y muñecos de cartón en burla a los candidatos presidenciales del PRI y del PAN y el llamado a no votar por estos personajes.
La improvisación típica de los “líderes” volvió a repetirse. Algunos se limitaron a enumerar la multitud de quejas, sin análisis y menos propuestas. Otros se limitaron a “echarse un rollo” característico de los “grillos” y nada más. Obviamente, no hay liderazgo político, los “líderes” están muy desgastados o son improvisados.
Uno de los oradores, Martín Esparza, llamó (sic) a conformar una nueva central de trabajadores, “que permita revertir la política antilaboral del panismo” (sic).
Pero lo electoral se antepuso al reclamo obrero. Esparza exhortó a no anular el sufragio, porque el único beneficiado será el PRI, que hará valer su voto duro. También propuso “apoyar al único que ha hecho compromisos con la clase trabajadora: Andrés Manuel López Obrador” (AMLO).
Que sepamos, AMLO ha declarado a los medios compromisos con Esparza pero no con la clase obrera. Anunció que, para impedir otro fraude, pondrán en marcha un IFE paralelo de los
trabajadores. Esa es una más de las esparzianas acostumbradas. La tentación del fraude está presente pero no se puede combatir con improvisaciones.
No faltó el coro de “No pagues luz” (a la Comisión Federal de Electricidad, que representa a la industria eléctrica nacionalizada).
Domina la simulación charra
Muy temprano se llevó a cabo la concentración del sindicalismo oficial. “Estuvo muy concurrido, casi colmaron la plaza” publicaron algunos medios. Serían 60 mil. Los charros no han abandonado totalmente esa fecha; están disminuidos pero mantienen el control.
El mitin se caracterizó por el posicionamiento de las centrales corporativas del país. A través de dos oradores, criticaron las políticas del actual gobierno, que inhibieron la generación de trabajo y advirtieron que el desempleo y los graves retrocesos sociales pueden ser causa de estallidos de odio y de violencia.
La asistencia estuvo a cargo de la CTM y otras centrales menores como la COR. La CROC no asistió. Los grandes sindicatos, como el petrolero, tampoco. Los que nunca faltan son las cúpulas charras, es decir, los carceleros que mantienen secuestrados a los trabajadores en sus propias organizaciones.
Como en otras partes del mundo, las cúpulas burocráticas, afiladas ala CIOSL (CSI), se muestran “combativas” el 1o de mayo, al menos toleran que “las masas” se desahoguen. Al siguiente día sigue la misma opresión cotidiana.
Oportunismo electoral
En el interior del país hubo manifestaciones, no con el número, nivel ni impacto de otros años. En algunos lugares, incluso, se suspendió la marcha argumentando razones de “inseguridad”.
Donde hubo actos fueron recurrentes el repudio al alza en combustibles y las exigencias de respeto a los derechos laborales e incrementos salariales, esto es, las mismas demandas de cualquier otro día.
Dada la coyuntura electoral, algunos candidatos a puestos de elección popular que
participarán en los comicios del 1o de julio se dejaron ver en Guerrero, Jalisco y Veracruz.
El desfile oficial realizado en Acapulco, Guerrero, más bien pareció pasarela de personajes y candidatos priístas. También hubo un acto aparte de los sindicatos no oficiales.
En el puerto de Veracruz, destacaron en el desfile los candidatos a diputados federales por Movimiento Ciudadano, PRD y PT, así como el abanderado del PAN al mismo puesto.
En otros lugares de la provincia hubo movilizaciones que siguen controladas por el charrismo sindical.
El FTE de México marchó por el Paseo de la Reforma hacia el Zócalo. Al término se realizó una reunión y se propuso preparar desde ahora la conmemoración en 2013 de los Cien años del Primero de Mayo en México.
Finalizamos la jornada cantando “la Internacional”.
Cruda realidad y sus consecuencias. El mundo del trabajo está siendo reorganizado por el capital y está cambiando drásticamente. El 55% de la Población Económica Activa (PEA) está desocupada. Pero de quienes tienen trabajo, solo el 33% de trabajadores mexicanos son asalariados con algunos derechos, el restante 66% son contratistas, sin derechos laborales ni sociales y sin organización sindical. Del total de asalariados 9 trabajadores de cada 10 no están sindicalizados. De los sindicalizados, el 99.999% están controlados por el charrismo sindical. De los restantes, participan la minoría y, esta vez, fuimos menos.
Hay una evidente crisis en el sindicalismo mexicano, agravada por los golpes recientes y la persistencia de atávicos vicios, así como los férreos mecanismos de control del charrismo.
2013, Cien años del Primero de Mayo en México
EL FTE llama a la lucha por la democracia obrera y la reorganización del movimiento obrero de México, abanderados por el Programa obrero, con una práctica política consecuente de unidad, solidaridad e independencia de clase.
Llamamos a los trabajadores concientes a preparar una columna independiente combativa y socialista para 2013, a investigar nuestra propia historia de 100 años y, con ese motivo, realizar una Jornada conjunta de actividades. ¡Trabajadores mexicanos, Uníos!
Frente de Trabajadores de la Energía, de México