la
Declaración de
la 5ª
Cumbre de los Pueblos, realizada y producida en Cartagena,
Colombia, en
paralelo a la oficial cumbre de las
américas. Con delegados de la
mayoría de organizaciones y movimientos sociales del hemisferio, se
discutieron
temas muy importantes y propuestas desde los intereses de los pueblos.
Les
invitamos a leer el documento.
Uno
de los principales temas de la Cumbre de los Pueblos fue
el impacto y las alternativas al modelo extractivo, especialmente de la
gran
Minería en Colombia y América Latina. De la discusión surgió la Declaración sobre la Gran Minería
Trasnacional.
En
esta discusión las organizaciones de mineros artesanales,
tradicionales o informales (o ilegales según la oficiosa clasificación
colombiana) jugaron un importante papel, a la par de los grupos
indígenas y
ambientalistas de Colombia. La razón inmediata es su enorme número, más
de 300
mil personas, en la pequeña y mediana minería de Colombia, solo
superado por
Brasil, donde se calcula que alcanza el medio millón de miner@s
artesanales
informales. En términos comparativos, en México las personas de la
minería
artesanal o pequeña minería siendo las más numerosas de toda la
actividad no
superan las 35 mil personas y en toda el área Mesoamericana la
cifra calculada
es de apenas 42 mil… Todo un mundo que también son estorbo a la
ambición de
ganancias crecientes del capital trasnacional minero.
En la
Mesa de Minería se dio cuenta de los avances organizativos
y de la campaña de acciones de las organizaciones Mesoamericanas, y
aliados de
Canadá y EEUU, que construyeron el M4; avances
muy bien recibidos por las
organizaciones participantes. De ahí que no sea sorpresa, sino resultado
natural que en la Declaración se haya planteado a la opinión
pública, pero en especial a las
redes y organizaciones comunitarias en lucha, de todo el continente los
tres siguientes objetivos:
-
Fortalecer
un proceso de unidad de los pueblos y organizaciones de América para
enfrentar
conjuntamente a la gran minería y dar pasos hacia un modelo
post-extractivista.
-
Como
resultado de lo anterior, iniciar un proceso legal de denuncia a las
trasnacionales mineras y a los gobiernos a su servicio, en el marco de
la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos y otros escenarios.
-
Reunirnos
en un gran encuentro hemisférico de pueblos y organizaciones contra la
gran
minería a finales del año 2012, y en el transcurso de estos meses
trabajar en
la coordinación de una jornada continental de movilización.
DECLARACIÓN DE LA V CUMBRE DE LOS PUEBLOS
Cartagena, 2012 Las organizaciones sociales
y populares del Continente, reunidas en la V Cumbre de los Pueblos, la
verdadera voz de las américas, realizada entre el 12 y 14 de abril en Cartagena
de Indias en forma simultánea a la VI Cumbre de las Américas, señalamos que:
Rechazamos enérgicamente la insistencia del
gobierno de Estados Unidos de imponer su agenda y decidir sobre el rumbo de las
deliberaciones de estas Cumbres. Son prueba de ello su veto a la participación
de Cuba y su estrategia de militarización, que utiliza como pretexto la
fracasada guerra contra las drogas, la atención a desastres naturales y el
control a la migración, como forma de mantener su hegemonía. Un componente
fundamental de esta estrategia es la criminalización de las luchas sociales. Su
política imperialista se expresó en el apoyo al golpe de Estado en Honduras y
su respaldo al régimen ilegítimo de Porfirio Lobo, los intentos de
desestabilizar a Haití, el mantenimiento del bloqueo económico a Cuba y la
continuidad de la base militar de Guantánamo así como, la oposición a la
soberanía de Argentina sobre las islas Malvinas. Ha sido ostensible, después de
la Cumbre de Trinidad y Tobago, el incumplimiento por parte del gobierno de
Obama de la oferta de construir un nuevo tipo de relación con América Latina.
A pesar de su derrota en la propuesta del
ALCA, el gobierno estadounidense, para sortear la aguda crisis económica que
afronta desde 2007,se empeña en promover los tratados de libre comercio y el
conjunto de la agenda neoliberal que son un obstáculo para la integración
regional y han sumido en el atraso y la miseria a la mayoría de los países del
Continente. Por su parte, el gobierno canadiense ha promulgado una política de
tratados de libre comercio e industria mega minera y de extracción de recursos
naturales y energéticos en toda América Latina. Sus empresas están causando
daños irreversibles al ambiente y la biodiversidad, violando los derechos de
los pueblos a sus territorios. Los conflictos sociales y ambientales se multiplican
en la región como resultado de este modelo depredador.
Reconocemos los avances en los esfuerzos de
integración regional autónoma, como los planteados en el ALBA, UNASUR y la
Comunidad de Estados de Latinoamérica y del Caribe, CELAC. Sin embargo, la construcción
y afianzamiento de gobiernos democráticos, progresistas y de izquierda debe avanzar hacia la superación del
modelo basado en el extractivismo, la mono producción agroexportadora y el
acaparamiento de las tierras. Esto vulnera derechos esenciales como el
consentimiento previo, libre e informado e impide el despliegue de toda la
capacidad del movimiento social como fuerzas capaces de profundizar los
cambios. La confluencia de estas corrientes gubernamentales con los movimientos
sociales y políticos, puede preservarse en la medida en que los pueblos
profundicen la unidad, la movilización social y política y no renuncien a su
autonomía y a su derecho de fiscalización.
Registramos con satisfacción que las luchas
populares se mantienen y se fortalecen en resistencia pacífica al modelo
neoliberal. A esta V Cumbre de los Pueblos, la Verdadera Voz de las Américas,
acudieron miles de luchadores y luchadoras, de organizaciones de mujeres,
sindicales, estudiantiles, campesinas, indígenas, afros, pequeños productores y
sectores de iglesias y ecuménicos del hemisferio.
Deliberamos sobre los problemas que
consideramos verdaderamente fundamentales para nuestros pueblos y avanzamos en
la construcción de propuestas y por ello, entre otras demandas, exigimos:
- La eliminación de las bases militares
extranjeras, el fin del colonialismo, la cancelación de ejercicios y
entrenamientos militares y policiales conjuntos, el cierre de la Escuela de las
Américas y la eliminación del Sistema Interamericano de Defensa y el cese del
despliegue de la IV flota sobre nuestros mares.
- El fin de la militarización so pretexto
de la guerra contra las drogas, y su reemplazo por una política integral,
multilateral y con énfasis en las medidas de salud pública.
- El fin de la militarización de funciones
civiles como la asistencia humanitaria, la atención a desastres y el control
migratorio.
- El cese de la criminalización de la lucha
social, del uso de los territorios indígenas, afros y campesinos como escenarios
de guerra: no a los reclutamientos forzados, al uso de las mujeres como botín
de guerra y a los desplazamientos forzados. En el caso de Colombia, en donde
persiste el conflicto armado interno, la militarización ha puesto al borde de
la extinción a estos pueblos.
– La supresión de los tratados de libre
comercio e inversión que profundizan la pobreza, la exclusión social y la
inequidad, que afectan particularmente a las mujeres.
- El cese a la promoción indiscriminada de
la inversión extranjera, buscando en cambio relaciones de cooperación y
beneficio recíproco y profundizando en los procesos de integración autónoma.
Los derechos de los inversionistas no pueden estar por encima de los derechos
de los pueblos y la naturaleza. Es preciso condenar a las trasnacionales como
actores principales del modelo.
- Una nueva arquitectura financiera
regional, que incorpore: Banco del Sur, Fondo de Reservas Latinoamericano y
ponga fin a la empobrecedora política de endeudamiento.
- Soluciones reales a la crisis ambiental y
climática que apunten a sus causas estructurales a través de un El
replanteamiento de la arquitectura financiera cambio en el modelo de
desarrollo. Defendemos la vida y los bienes comunes frente a la
mercantilización de la naturaleza impulsada por las instituciones financieras
multilaterales y los países del norte.
-
Respeto al derecho de los pueblos a decidir sus políticas agrarias y asegurar
su soberanía alimentaria, conservar y consumir sus productos nativos. Todos
estos amenazados por los monocultivos, los agrocombustibles, los transgénicos y
la gran minería.
- Que se priorice la generación de trabajo
digno para todos y todas, la garantía a la libertad sindical y la negociación
colectiva y el fin de la violencia contra trabajadores rurales y urbanos del
continente.
- Cambios efectivos en los sistemas
educativos que aseguren el pleno acceso a la educación, con participación
democrática de los estamentos educativos y en contra de la privatización y
mercantilización de la educación. En defensa del derecho a la educación,
apoyamos la demanda del movimiento estudiantil del continente por su gratuidad
y universalidad.
- Restablecer el derecho de Cuba a
pertenecer al sistema multilateral. Exigir a EE.UU. el cese del bloqueo a Cuba
y el cese de la hostilidad hacia los gobiernos que no siguen sus dictados.
- La profundización de los procesos de
integración autónomos sin injerencia del gobierno de Estados Unidos y la
construcción de amplios procesos de integración desde los pueblos, con respeto,
reconocimiento e incorporación de los aportes de la comunidades a una sociedad
basada en la cooperación y el Buen Vivir y la construcción de una cultura de
paz.
- Los pueblos hermanos del continente,
apoyamos a Colombia en la búsqueda de una solución negociada y pacífica al
conflicto armado.
Lamentamos que la bella ciudad de Cartagena
sea al mismo tiempo ejemplo de inequidad y pobreza. Hoy de militarización con
ocasión de la Cumbre oficial de presidentes.
Hacemos un llamado a todos los sectores
sociales del Continente Americano, para que de manera unitaria emprendamos las
luchas que reivindiquen los principios y aspiraciones recogidos en esta
declaración, invitándolos a acompañar la movilización masiva, pacífica y
civilista para el logro de los fines propuestos.
Finalmente consideramos que la Cumbre
oficial de las Américas no puede seguir siendo un escenario excluyente, de subordinación
al imperio y simulación de falsas armonías. Esta es
nuestra voz, la verdadera voz de los pueblos de las américas, y así lo
proclamamos ante el mundo.