Los deudos de los 65 trabajadores muertos en una explosión en la mina de Pasta de Conchos (norte de México) han llevado a cabo desde 2006 demandas legales y acciones de protesta para que se recuperen los 63 cadáveres que todavía están enterrados en la mina.
En la carta, la segunda que dirigen a los familiares de los 33 mineros sepultados en Chile, les expresan que su situación es “tan parecida a la que nosotros vivimos hace casi cinco años, de modo que el rescate de sus familiares queridos lo sentimos como el de nuestros mineros queridos”.
“Le pedimos a Dios por cada uno de ustedes y que todo salga bien”, dicen los familiares en la carta, difundida a los medios y que será leída a sus destinatarios en Chile el domingo en una misa.
También reconocen la voluntad que ha habido en Chile para salvar a los trabajadores, que en México “nunca vimos” aunque “nos decían que batallaban” para conseguir la maquinaria necesaria para un rescate.
Los familiares mexicanos también reprochan al presidente Felipe Calderón y a su antecesor, Vicente Fox, no haber acudido nunca a la mina ni haberles recibido en persona.
La compañía propietaria del yacimiento, el gigante minero Grupo México, sostiene que es imposible buscar los cuerpos por el peligro que entraña operar en la zona, argumento que ha sido cuestionado por los deudos, quienes también denuncian el impago de indemnizaciones previstas.
El caso, por el cual no hay ningún detenido, fue presentado en febrero ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Los mineros sepultados desde hace 65 días en Chile empezarán a ser extraídos el miércoles, según el gobierno de ese país.AFP