Declaración del XIV Foro de Energía









La siguiente es la declaración final del XIV Foro de Energía, La Industria Energética de México, organizado por el FTE de México, en el marco del 72 aniversario de la Expropiación Petrolera.


XIV FORO DE ENERGIA Declaración final



La defensa de los recursos naturales es una de las tareas políticas de la clase obrera en la presente época. Junto con la infraestructura física de los sectores estratégicos, los recursos naturales son un patrimonio colectivo de las naciones.
El capitalismo no puede funcionar sin la explotación de las materias primas básicas y la fuerza de trabajo de los humanos. En la fase neoliberal, apropiarse de todos los recursos naturales es el objetivo central del capital. En el reordenamiento económico
imperialista, el modelo consiste en generalizar el régimen de propiedad privada.
Para llevar adelante sus planes, el neoliberalismo ha diseñado una política basada en las siguientes características principales:
1- cambiar de propiedad estatal al régimen privado,
2. transferir las funciones constitucionales estratégicas al capital privado,
3- desintegrar los procesos de trabajo fragmentándolos,
4- transferir la renta económica de la nación al capital privado por la vía del otorgamiento de contratos de todo tipo, y 5- afectar las condiciones laborales y sindicales de los trabajadores.

La industria energética mexicana, especialmente, la petrolera y la eléctrica, son una conquista del pueblo de México. En inolvidables jornadas de lucha, el patrimonio energético fue rescatado para la nación.

Hoy, sin embargo, los recursos energéticos y la nueva infraestructura industrial son objeto de un acelerado proceso de privatización furtiva. Esto implica, la desnacionalización de la industria energética. Los trabajadores de la energía estamos en desacuerdo con tal proyecto antinacional.

Esta situación ha ocurrido debido a la antinacional política energética seguida por los sucesivos gobiernos en turno. Durante décadas se han dilapidado los recursos naturales energéticos. La cuantiosa extracción de petróleo crudo ha servido para exportarlo a los Estados Unidos, al tiempo que se ha abandonado la producción interna de productos petrolíferos y petroquímicos.

Con base en la contra-reforma energética de 2008, aprobada por todos los partidos políticos, la privatización petrolera, basada en el contratismo, ahonda la destrucción de Pemex. Las nuevas reglas de contratación de Pemex son inconstitucionales, por violatorias de la Constitución política del país y de las propias leyes secundarias ilegales. Más aún, transnacionales, gobierno y partidos políticos promueven una nueva generación de contra- reformas, tanto petroleras como eléctricas, con la pretensión de una privatización energética total.

También están sujetos a la privatización: el viento, el agua, los mares, la geotermia, los agrocombustibles y la radiación solar. Entre tanto, las actividades de investigación y desarrollo, así como la ingeniería, siguen estancadas, sujetas a serias restricciones seculares e, incluso, suprimidas de los planes nacionales del sector.

El dominio de las corporaciones transnacionales se extiende ya por todo el territorio nacional. Las transnacionales se han apoderado de la tierra, el agua, el aire y el mar. Esta situación es inaceptable para la nación.

El capital y sus gobiernos hacen todo lo posible para borra la memoria histórica. Pero los mexicanos no podemos olvidar a nuestra propia historia. Fueron los petroleros, unificados en un solo sindicato nacional de industria, quienes potenciaron a la Expropiación Petrolera. Los electricistas, por su parte, movilizados en todo el país fueron los autores de la Nacionalización Eléctrica.

Las condiciones actuales son desfavorables para los mexicanos porque el Estado está enfrentando a la nación.

En este contexto es que se ha producido la agresión al Sindicato Mexicano de Electricistas, mediante la ocupación policíaca y militar de las instalaciones eléctricas en el Valle de México. La acción del Estado, enmarcada en la doctrina del shock, pervierte contradictoriamente la historia, la legalidad constitucional y los derechos sociales.

El FTE de México expresa su solidaridad con los electricistas del SME y estima que es preciso enarbolar con bríos las banderas de los electricistas democráticos. La integración de la industria eléctrica nacionalizada fue la principal conclusión de los electricistas ante la nacionalización. Hoy esta bandera está plenamente vigente.
Defender a las industria eléctrica y petrolera nacionalizadas, culminar la integración de los procesos de trabajo y preservar los derechos laborales vigentes, está en el interés de los trabajadores y de la nación.

Llamamos a los trabajadores y pueblo de México a ser partícipes activos de la defensa de los recursos energéticos que es una de las causas más nobles de la nación mexicana viviente.