Unificar al frente interno electricista análisis del FTE



foto:Revista Proceso




Boletín del FRENTE DE TRABAJADORES DE LA ENERGIA de MEXICO
Organización obrera afiliada a la FEDERACION SINDICAL MUNDIAL

Volumen 9, Número 277, octubre 27 de 2009



Consecuencia del proceso electoral interno, en el SME se vive una situación de alteración de la normalidad sindical. La representación general del sindicato carece de personalidad jurídica acreditada. En el contexto de un grave conflicto que afecta a la fuente de trabajo y las relaciones laborales es muy importante restablecer la normalidad sindical para avanzar hacia una propuesta política en la industria eléctrica nacionalizada.
Restablecer la normalidad sindical
En el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) se vive una situación de alteración de la normalidad sindical que urge resolver en medio del severo golpe del Estado contra los trabajadores al haber decretado la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC).
Para enfrentar la agresión del Estado en contra de los electricistas es necesario unificar el frente interno. Al persistir un conflicto electoral irresuelto el sindicato sigue fracturado y los antes contendientes mantienen posiciones unilaterales que afectan a la organización en su conjunto.
Al momento, no hay diálogo ni interlocución con nadie, ninguno de los contendientes tiene acreditada la personalidad jurídica y no hacen nada para remediar la situación anómala.

Una vez ocurrida la ocupación policiaco-militar de las instalaciones de LFC, Alejandro Muñoz declaró que se olvidaría de “colores” y se uniría a Esparza. No ocurrió así pues mantuvo activa la demanda interpuesta ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje. Más aún, se ha presentado ante los medios e instancias del gobierno cediendo a las pretensiones de éste.

Al interior del sindicato hay deterioro. Desde antes, en lo interno se vivía una situación de simulación y eso continúa. Nadie se atreve a enfrentar a Esparza por favores o promesas previas. Las asambleas no son del sindicato sino de grupo (los “verdes”). Con anticipación, se llena el auditorio y no dejan hablar a nadie que esté en contra. Los trabajadores ven la asamblea a través de una pantalla, sin posibilidad de opinar e incluso, sin escuchar lo que ocurre dentro del auditorio.
Los trabajadores señalan que, por abajo “patean” a la gente, los señalan como divisionistas y, por lo mismo, nadie quiere asumir ninguna decisión. Se han tenido reuniones y tomado acuerdos que no se cumplen. Una propuesta consiste en hablar con Humberto Montes, secretario del interior, para que asuma sus deberes estatutarios pero no se ha concretado. Varios trabajadores molestos han dicho que “va a llegar el momento en que se van a decidir a actuar” pero aún no parece llegado ese momento.

Entre los jubilados ha habido una actitud más crítica, porque están menos controlados, pero también existe temor porque dicen que están en la mira, vigilándolos para que no se “propasen”.



En las “asambleas” locales no se puede actuar, los trabajadores sienten que cualquiera los puede delatar ante Esparza y podrían ser considerados como traidores. De hecho, hace años que no hay discusión ni las representaciones en turno dejan que la haya.
En estas condiciones, es fundamental la organización de la base electricista para recuperar a su sindicato, restablecer la normalidad sindical y promover una propuesta de acuerdo a sus intereses colectivos.
Esparza no da ninguna respuesta ni alternativa política y varios consideran que la estrategia seguida es errónea. El control burocrático ha llegado al nivel de infundir temor. Entre tanto, no hay interlocución de nada y muchos trabajadores se siguen liquidando.Más información


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