DECLARACION FTE DEL 1 DE MAYO DE 2009.
Los trabajadores del mundo padecemos las consecuencias de la crisis capitalista detonada en la presente fase por la especulación financiera mundial. En México, la situación se ha agravado por la presencia de una emergencia sanitaria. Ambas epidemias están siendo aprovechadas por el gobierno neoliberal para ensayar la aplicación de la Doctrina del Shock violentando aún más la legalidad constitucional. Llamamos a los trabajadores y pueblo en general a organizar la resistencia independiente.
Epidemia neoliberal
La onda larga de crisis económica del capitalismo, estallada en 1976 inmediatamente a la represión político-militar del Estado contra la Tendencia Democrática del SUTERM, se ha recrudecido con la reciente defraudación financiera mundial.
Esta es una de las crisis cíclicas del capitalismo agravada con la voracidad especulativa y el manejo virtual de las ganancias. Es el resultado de la incapacidad del capitalismo para resolver las necesidades humanas intensificando el deterioro de éstas. Se trata, también, de la expresión de la lucha de clases: el capitalismo sobrevive sobre la base de cargarle a los trabajadores y pueblos en general los costos de sus propias crisis.
Las consecuencias son alarmantes: desempleo, pobreza, enfermedad, ignorancia, sobreexplotación, carencia de derechos sociales, guerras, saqueo de recursos naturales, terrorismo de Estado, privatizaciones, criminalización de la protesta social y otras calamidades.
Los estados neoliberales no tienen respuesta a las demandas de los pueblos. Por tanto, deben ser echados abajo. En México, el gobierno en turno ha roto la legalidad constitucional, es decir, el pacto político de la nación. Junto con los partidos políticos que le apoyan (todos), deben ser repudiados. No hay reforma posible del Estado sino la quiebra de éste instrumento de opresión.
La militarización que ocurre en México, bajo el pretexto del combate al narcotráfico, ha significado innumerables atropellos a las garantías individuales de los mexicanos. Los abusos militares son contra el pueblo, mientras la delincuencia organizada sigue intacta habida cuenta que el crimen es apoyado por el propio Estado.
Emergencia sanitaria
En tales condiciones y de repente, este 23 de abril, el gobierno federal decretó la emergencia nacional debida a la presencia de un desconocido virus de influenza que ha llevado a la suspensión de las actividades educativas en todo el país. De inmediato, el gobierno del Distrito Federal (GDF) impuso la suspensión de actividades diversas que impliquen concentraciones de personas, lanzando al desempleo a miles.
La campaña del gobierno contra la emergencia sanitaria ha sido elogiada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), entidad burocrática que atiende los efectos jamás las causas de los desastres sanitarios. Pero la epidemia está lejos de ser controlada, más aún, la propia OMS ha declarado el nivel 5 de alerta para convertir al evento en pandemia.
Entre tanto, el virus no ha sido identificado, tampoco la fuente de la infección. La información pública proporcionada es limitada, superficial y confusa. El gobierno ha hecho un mal manejo de cifras como parte de su estrategia. Las acciones principales se han reducido a usar tapabocas y retener “pasivamente” a las personas en sus casas.
Al momento, el gobierno federal ha reportado la existencia de 49 casos imputados al desconocido virus, de los cuales, 7 han sido fatales. Reiteradamente se menciona a 152 casos pero de la mayoría de éstos no se conocen las causas.
Los gobiernos “no saben” de qué están hablando y han ignorado a la Universidad Nacional e investigadores al grado que, las muestras que han tomado, se han tenido que enviar a analizar al extranjero. El asunto es serio porque ya se han producido víctimas pero, al mismo tiempo, es sospechoso. Sin haberlo probado, se insiste oficialmente en la mutación del virus producida por generación espontánea. Algunos especialistas y burócratas repiten acríticamente lo mismo.
También, se imputa responsabilidad al virus porcino pero no se toca a las transnacionales responsables de mantener focos permanentes de infección.
El manejo de la emergencia no ha sido adecuado. Cuando ocurre una contaminación (la que sea) lo primero es ubicar al foco y proceder a confinar la fuente. De no hacerlo, la contaminación podría propagarse y hacer más difícil su mitigación. Ha pasado una semana y el gobierno “no sabe” donde está el foco de la infección.
El mismo remedio
Acorde con la política trazada por el G-20, la crisis económica volverá a ser administrada por los organismos financieros del imperialismo. Otra vez el mismo remedio que es peor a la enfermedad. Así, el gobierno mexicano ha pactado un nuevo préstamo de 47 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para evitar la quiebra o moratoria de las grandes empresas y, otro, por 205 millones de dólares con el Banco Mundial (BM) para enfrentar la emergencia sanitaria.
Es evidente la desproporción de recursos. Al capital el 95.5% de los recursos, a la población solo el 0.5%. Con la emergencia sanitaria la depuración de los mercados será más pronta pues los pequeños y medianos negocios serán los primeros afectados. Luego de la emergencia el capital se repondrá. En lo inmediato será la industria químico-farmacéutica transnacional, después, las aseguradoras médicas y el comercio transnacional.
Por lo pronto, el gobierno y la televisión privada han pasado la crisis económica a un segundo plano, distrayendo a la “opinión pública”, mientras siguen privatizando a Pemex otorgando contratos sin ton ni son y endeudando más a la paraestatal, así como, incrementando la privatización eléctrica furtiva (48.4%) y del agua.
Esta desnacionalización es el resultado de la contra-reforma energética aprobada en 2008 por TODOS los partidos políticos. Con ello, se llegó al límite al ser roto por el gobierno federal el pacto político de la nación.
Doctrina del shock
El gobierno está utilizando la emergencia sanitaria para seguir violentando la legalidad constitucional. Mediante decreto del 25 de abril, Calderón dispuso legalizar los allanamientos de morada, al autorizar “el ingreso a todo tipo de local o casa habitación para el cumplimiento de actividades dirigidas al control y combate de la epidemia”, advirtiendo que evitará “congregaciones de personas en cualquier lugar de reunión, incluyendo la clausura temporal de locales o centros de espectáculo”.
Al mismo tiempo, soldados y marinos han salido a la calle y se han apostado en
todos los sitios públicos para realizar una aparente “labor social”, consistente en repartir inservibles tapabocas a la población.
Miedo es lo que se ha introyectado a la sociedad que indefensa e impotente se ha replegado a las casas y usa tapabocas con la ilusión de protegerse. Estamos a merced de la televisión y el gobierno ensaya la aplicación de la Doctrina del Shock.
El miedo no significa necesariamente sumisión pero sí repliegue social. No es para menos, la marina, ejército y policía ya anunciaron estar listos para establecer cercos sanitarios. Seguramente pretenden activar un desconocido plan, para “dar” con el virus dónde esté, atropellando al pueblo.
Resistencia independiente activa
El FTE de México llama a los trabajadores y pueblo en general a decidirse a organizar la resistencia independiente, la única alternativa ante la política imperialista del terror estatal. Alternativas programáticas para la transición las hay y son, necesariamente, antimperialistas. A los gobiernos neoliberales no los vamos a “bajar” mediante elecciones fraudulentas sino con la acción directa en todo el territorio nacional. Esto implica la movilización concertada con base en una organización estructurada, un solo programa y una sola dirección política.
Desde ayer debíamos habernos energizado y desafiar al charrismo. Los trabajadores debemos proceder a rescatar a nuestras propias organizaciones sindicales. El charrismo sindical, como el capitalismo, no se van a caer solos ni se van a regenerar.
Hoy, por primera vez desde 1913, las cúpulas burocráticas decidieron suspender la movilización en la capital e interior del país. Obviamente, los trabajadores jamás fuimos consultados. Esto ocurre porque seguimos permitiendo que las mafias sigan apoderadas de los sindicatos.
Este 1 de mayo, día internacional de la clase obrera, llamamos a la reflexión seria, al análisis colectivo y a la voluntad de lucha que nos permita accionar unificados por:
1- Re-nacionalización de la banca, industrias básicas y todos los recursos naturales, especialmente, tierra, mar, agua, viento y energía.
2- Nacionalización de la industria químico-farmacéutica, de las telecomunicaciones y de los servicios privados de salud. Derecho universal a la salud y seguridad social. Integración del sector salud en el Sistema Mexicano de Salud y Seguridad Social (SIMSS).
3- Democracia e independencia de clase. Hay que desafiar al charrismo y expulsarlo de todas las organizaciones obreras. Esta tarea corresponde realizarla, en primer lugar, a los propios trabajadores de cada sector, apoyados por el pueblo en su conjunto en una lucha generalizada.
Saludamos a los trabajadores del mundo y pedimos su solidaridad política con el movimiento obrero independiente de México.
¡Proletarios del mundo, Uníos!
Frente de Trabajadores de la Energía,
de México