Análisis de los últimos momentos que sucede con los dictámenes del Senado sobre la Reforma Enérgética, el Frente de Trabajadores de la Energía da sus puntos de vista:
"Ante todo, determinando sí las reformas propuestas incluyen o no la privatización. Las propuestas de Calderón, del PAN, del PRI y del PVEM no dejan lugar a dudas. Pero, ¿las del FAP se distinguen de las anteriores? Esencialmente, ¡No! Por ello las “coincidencias”.
De los tres primeros dictámenes aprobados en comisiones, dos de ellos son privatizadores, especialmente, el primero que contiene el veneno de la privatización. Las adiciones que se han hecho, en ningún momento, cuestionan la privatización y menos la impiden. Las atribuciones otorgadas a la Sener son claramente privatizadoras y traerán, como consecuencia, la afirmación de esa privatización en los subsecuentes dictámenes.
Más aún, los dos dictámenes de los diputados sobre el supuesto régimen fiscal de Pemex y la conversión de los Pidiregas en deuda, no son los adecuados. Con ello, sin embargo, se avanza en la toma de decisiones sobre la reforma energética calderonista.
El momento político es de definición. Todos los partidos, de la posición irreconciliable inicial, avanzan por el camino de las “coincidencias”, que significa “conciliación” para aprobar una reforma “de consenso”.
Suena, exactamente, a los deseos del Banco Mundial. Pero, las decisiones políticas fundamentales, expresadas en el Pacto político de la nación, ¿deben tomarse por el consenso parlamentario o por la nación misma? Al respecto, ¿debe definir la “negociación” entre las cúpulas o la voluntad soberana del pueblo?
Para ese consenso, la población NO ha sido consultada. Hoy se ha llamado a la resistencia solamente para “informarla” y, probablemente, preparar acciones. ¿Para qué? El propio AMLO y “expertos” se han congratulado del trabajo legislativo de los senadores del FAP, que no han votado los tres primeros dictámenes pero están de acuerdo.
En la oposición están configurados dos grandes bloques, de un lado, el FAP incluido AMLO quienes apoyan las “coincidencias” legislativas en torno a la reforma energética e insisten en los candados para lo que falta, sin eliminar los contratos en Pemex, ni las “definiciones” del TLC en materia de energía y petroquímica, ratificando las contrarreformas a la legislación secundaria energética de 1992 y 1995, avalando y promoviendo a la privatización energética furtiva y su continuación impune.
Del otro lado, está el FTE y amplios sectores populares quienes, tomando como referencia la situación económica y política mundial, las experiencias previas, las definiciones constitucionales en materia energética y el análisis de las diversas iniciativas y dictámenes en curso, consideramos que el veneno de la privatización ya está introyectado explícitamente.
Uno de los dos bloques estaría mal y se podría equivocar. Pronto lo veremos más claro porque la política se comprueba en la práctica.
Fuente : Frente de Trabajadores de la Energía,de México