por Luz del Alba Belasko
Etnógrafa-documentalista
Se realizó una documentación etnográfica sobre el proceso actual de la
manufactura cerámica en la región, destacando el trabajo que se realiza en San
José Yocnajab. En donde a continuación se presenta una descripción de parte del
proceso que actualmente es llevado a cabo.
Según las alfareras visitadas existen en Yocnajab alrededor de diez
familias que producen cerámica. Otros
lugares conocidos por su producción de cerámica en la región de La Primavera,
El Naranjo, Ojo de Agua, La Patria.
Las vasijas de las alfareras visitadas producen consisten
principalmente; Ollas (Chuj: chen), cantaros (Chuj: xalu) y comales
(sa’am). De las variedades existen ollas
para alcancías, piñatas, macetas, canastitas, platitos, tapas de ollas, silbatos
y juguetitos.
En tiempos pasados y actuales se vende
la cerámica desde los mercados Margaritas, Central de Abasto Comitán,
Mercado de Productores Comitán y Lázaro Cárdenas, Chiapas. A la vez que
producen por encargo de consumidores que normalmente son locales.
Preparación
Los componentes de la cerámica de la alfareras visitada consisten en
el barro, que se obtiene ya sea buscándolo en los terrenos de Ojo de Agua o comprándolo
en Chichima detrás del Polideportivo de Comitán.
El desgrasante utilizado consiste de arena cernida que, en el caso de
vasijas que se ponen en el fuego, se mezcla con calcita (Tojolab’al: b’ax,
Daltabuit y Álvarez 1977:234).
La técnica de preparar la base en el caso consiste en formar un
cilindro y sacar barro de la parte superior con las manos (Daltabuit y Álvarez
1977:236).
Antes de iniciar el moldeado de la vasija, que en este caso fue la
elaboración de una forma de olla, se mezclaron el barro con b’ax molido y agua,
realizándose el amasado y la homogeneización de la mezcla.
Durante este proceso se utilizó
unicamente sus manos que le dan el giro de la olla, usando como base un poco de
b’ax molido para base.
La base
Para iniciar el cuerpo de la olla la alfarera utilizó un pedazo de
barro, el cual fue apelmazado formando una bola. Posteriormente se realizó una
cavidad en el centro del barro. Girando la bola se conservó la forma redonda,
resultando como una primera versión de la base.
Con el puño derecho se moldeó en la cavidad formada en el paso anterior, girando la base y sosteniéndola con la otra mano. Después la alfarera colocó la base sobre sus piernas (regazo) y continuó formando los lados presionando con sus dedos (a excepción del meñique) en el interior y los pulgares en el exterior.
En el interior ella empezó a distribuir de mejor manera la arcilla. El
resultado de este paso es el inicio de la base (aproximadamente 1/4 de la
altura completa) de la olla.
El trabajo de carácter ancestral en la elaboración de piezas y en
donde son creadas relaciones de identidad cultural.
En este sentido fue interesante observar el color, consistencia del
barro y utilización de desgrasante, que son semejantes con las pastas
identificadas en los diferentes tipos cerámicos de la zona maya.
El cuerpo
Para los siguientes pasos se colocó la base de arcilla inicial en el
cuenco de madera con b’ax que sirve como un molde cóncavo y ayuda a sostener la
base mientras se forma el resto del cuerpo.
En el proceso de manufactura del cuerpo, se utilizó la técnica del
enrollado en donde se realizaron varios rollos del barro y que fueron añadidos
a la base poco a poco, aumentando así hasta la altura del cuerpo de la olla
requerido.
Luego se llegó hasta el borde en donde la alfarera dio forma al labio
con sus dedos. Con una madera, en forma de espátula, fueron alisadas las partes
convexas del cuerpo: primero el exterior, desde la base hasta el borde y
retirando el exceso de barro.
Después fue alisada la parte cóncava del cuerpo interior con un trapo
mojado. Fue repetido el paso de alisar una vez más. El resultado fue el cuerpo
alisado de la olla.
Las asas
El siguiente paso consistió en modelar y colocar las asas en el
cuello. Se prepararon dos pequeños rollos de barro y fueron prensados sobre el
disco de madera, para dar un grosor menor.
Se realizaron dos perforaciones en el cuello y allí se introdujeron
cada una de las bandas de barro que formarían las asas, sobresaliendo todavía
un poco en el interior.
Usando pequeños pedazos de barro adicionales se juntaron la asa con el
cuerpo, cerrándose así los agujeros. Se quitaron las partes innecesarias y se
alisó el interior de la olla con la espátula de madera.
Posteriormente de dejar secar por un tiempo (alrededor de una hora) se
quitó la olla del molde de madera y la alfarera volvió a colocar la vasija
sobre sus piernas y realizó un alisando nuevamente tanto en el interior como el
exterior con instrumentos de madera.
Cocer el barro
Después de formar la olla se deja en un proceso de secado por
aproximadamente 10 días, lo que permite la eliminación del exceso de agua de la
pasta cruda y también en este período el alfarero puede observar si se encoge o
agrieta la pieza.
La cocción en el fuego se realiza a cielo abierto, se utilizó leña
(Chuj: k’atzitz) conformando la base de un horno artesanal sobre el cual fueron
asentadas las piezas para cubrirlas luego con trozos grandes de corteza (Chuj:
jokob’) de pino.
Según la cosmovisión de la alfarera, la causa de los daños en la
cerámica es el mucho viento o personas extrañas al proceso. Ellas acostumbran a
realizar la cocción de la cerámica de manera aislada y nunca produce piezas
rotas.
Antes de realizar la cocción de la cerámica, suelen rezar a Dios para
mostrar su respeto. Rice (1987) hace mención de varios rituales y tabúes en
torno a la obtención del barro, así como del proceso de manufactura de la
cerámica en otras poblaciones del mundo y en donde existen una serie de creencias
en torno a la elaboración de piezas cerámicas, lo cual es interesante dada la
experiencia con la alfarera.
La elaboración de cada pieza es una ardua labor que requiere de un
profundo conocimiento, tanto desde la obtención de la materia prima, así como
el tiempo y proceso de manufactura y actualmente es, como en el caso de las
alfareras de Yocnajab, para algunas es una fuente
de ingresos económicos para la manutención de su familia aunque el
precio de las vasijas ya terminadas suele ser muy bajo (de 6 a 10 pesos aproximadamente).