A poco más de tres semanas de las elecciones presidenciales en Costa Rica, el escenario es incierto.
por Gina Sibaja
Según la última encuesta del 20 de diciembre, las intenciones de votos son lideradas por el abogado Juan Diego Castro quien fue ministro de Seguridad Pública y de Justicia en los años 90
Juan Diego Castro es, según las encuestas el candidato más fuerte para reemplazar al actual presidente Luis Guillermo Solís.
Castro nunca ha disputado una elección y, a pesar de que se presenta por un partido diminuto, los últimos sondeos indican que obtendría alrededor de 18% de los votos.
Con su promesa de "barrer" la corrupción y la delincuencia, Castro aprovecha el hartazgo y la desconfianza que han suscitado en la población las revelaciones del llamado caso del "cementazo".
Un informe de la Comisión Investigadora de Créditos Bancarios de la Asamblea detectó una operación de tráfico de influencias encabezada por el jefe de Estado en favor del empresario Juan Carlos Bolaños.
Según las investigaciones, Bolaños intentaba ingresar 20,000 bolsas de cemento sin los estándares de calidad. Para lograrlo, habría ejercido presión y otorgado gratificaciones a cambio de la autorización para importar cemento chino con créditos millonarios de bancos públicos, sin las debidas garantías.
Además del escándalo que sacude al ambiente político, la seguridad es un tema central de la campaña. Costa Rica registró este año un aumento de la violencia criminal, con 603 homicidios, un récord.
Este contexto explica también en parte que, hasta el momento, un 34% del electorado no sabe por quién va a votar el próximo 4 de febrero.
Pero el fenómeno Juan Diego Castro se podría desinflar. Su perfil poco moderno difícilmente convencerá a los jóvenes quienes son los que más tarde definen su voto, considera el politólogo Alberto Cortés. Además, sus rivales le pisan los talones.
Según el mismo sondeo del 20 de diciembre, el ex ministro y ex diputado Antonio Álvarez, candidato del tradicional Partido liberación Nacional obtendría un 14%; y Rodolfo Piza, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) un 13%.
Y vistos la alta cifra de indecisos y el margen de error, todo está abierto, incluso para los otros 10 candidatos.
Para ganar en primera ronda, un candidato presidencial debe obtener un 40% de los votos en Costa Rica. Todo apunta entonces a una segunda vuelta en abril.
*Gina Sibaja, politóloga y especialista en comunicación política de la Universidad de Costa Rica