El Tránsito de Venus



En astronomía llamamos tránsito al paso aparente de un planeta frente al Sol. Desde la superficie de la Tierra sólo podemos observar los tránsitos de Mercurio y Venus, los dos planetas más interiores en el Sistema Solar con respecto a la posición de nuestro planeta. Un observador desde la Tierra vería un pequeño disco negro, la sombra del planeta, desplazándose a una pequeña velocidad sobre el disco brillante del Sol.

Los tránsitos de Mercurio ocurren a razón de 13 cada 100 años, mientras que los tránsitos de Venus muestran un patrón de ocurrencia mucho más complicado, dando lugar a un par de tránsitos separados 8 años, que distan del siguiente par 1105.5 ó 121.5 años.


¿Cuándo ocurrirá el próximo y desde dónde se puede observar?

El próximo 5 de junio seremos testigos de uno de los eventos planetarios más interesantes y raros del Sistema Solar, el tránsito de Venus por el disco solar. Éste será el segundo de la actual pareja de tránsitos pues el anterior ocurrió el 8 de junio del 2004. Definitivamente éste será el último tránsito que podremos observar pues los siguientes ocurrirán el 11 de diciembre del 2117 y el 8 de diciembre del 2125. Desde la invención del telescopio sólo siete de estos eventos han sido observados en 1631, 1639, 1761, 1769, 1874, 1882 y 2004. 

La totalidad del tránsito de este 5 de junio será visible sólo en el Pacífico Oeste, el Este de Asia y Australia. En América del Norte y Central, así como en el Norte de América del Sur sólo observaremos el comienzo del tránsito, en horas de la tarde del día 5 de junio, ya que el Sol se ocultará antes de que finalice el evento. Esto significa que en la República Mexicana veremos el tránsito de Venus hacia el horizonte poniente. Por el contrario, los habitantes de Europa, del Oeste y centro de Asia, del Oeste de África y del Oeste de Australia verán el final del tránsito en la mañana del 6 de junio, hacia el horizonte oriente.




Conferencia: Tránsito de Venus 2012
  David Bahena, PhD
Martes 5 Junio 
A partir de las 14 hs.
Sede del FTE de México



EL TRÁNSITO DE VENUS SOBRE EL DISCO SOLAR DE 2012

Mercurio es el planeta más cercano al Sol, seguido de Venus. El tercero es la Tierra. Mercurio y Venus tienen por tanto órbitas más cercanas al Sol que la Tierra y por tanto no es difícil visualizar por qué, de vez en cuando, vemos a uno de estos dos planetas pasar frente al disco solar. Cuando esto sucede, decimos que ha ocurrido un tránsito solar del planeta en cuestión. Venus y la Tierra se alinean con respecto al Sol cada 1.6 años, pero no vemos a Venus pasar sobre el disco solar con esa frecuencia porque la inclinación de la órbita de Venus es ligeramente distinta a la de la Tierra: debido a esto Venus pasa a veces un poco más arriba y a veces un poco más abajo. Es por eso que no vemos a Venus pasar frente al Sol en cada alineación y por lo tanto, los tránsitos solares de Venus son eventos raros.

   El próximo tránsito de Venus ocurrirá por lo tanto hasta el año 2117.

Los tránsitos de Venus permitieron a nuestros antepasados calcular datos geográficos cruciales. Por ejemplo, la duración del tránsito permitió hacer cálculos muy precisos de la distancia entre la Tierra y el Sol, que se conoce como Unidad Astronómica (UA). 

Hasta el siglo XIX la determinación de la UA fue considerada la punta de lanza de la ciencia mundial. La ocurrencia exacta de los eventos en cada lugar del planeta donde fueron presenciados, permitió calcular con exactitud las coordenadas de dichas localidades. Esto era esencial para hacer mapas y para calcular las rutas de comercio marítimo. Hoy en día contamos con tecnología mucho más avanzada, y los tránsitos de Venus o Mercurio ya no tienen la trascendencia de antaño, pero eso no quita el mérito a quienes en su tiempo, viajaron con gran arrojo a distintas partes del mundo para presenciar los tránsitos y hacer mediciones.













México fue tanto escenario como protagonista de algunas de estas grandes aventuras históricas. La primera fue emprendida por el astrónomo francés Abate Jean- Baptiste Chappe d’Auteroche para el evento de 1769, quien ya había hecho mediciones del tránsito de 1761 en Siberia. Chappe d ́Auteroche convenció al gobierno de Carlos III de hacer una expedición a Baja California. Esto es notorio si se considera que la propuesta de una expedición inglesa había sido rechazada. El gobierno de la Colonia accedió a la petición con la condición de que se unieran a la expedición dos astrónomos locales. Así, Chappe viajó con dos astrónomos españoles, Vicente de Doz y Salvador de Medina, y un grupo de ayudantes, desde la Ciudad de México hasta San José del Cabo. Los científicos cruzaron el Mar de Cortés desde San Blas en la costa nayarita. 

La expedición hizo observaciones exitosas, pero a un enorme costo: los astrónomos y casi una docena de siervos fallecieron víctimas de una epidemia local pocas semanas después del evento. Una segunda observación en la península estuvo a cargo de Don Joaquín Velázquez de León, un hábil astrónomo e ingeniero de minas establecido en la Sierra de la Laguna en Baja California Sur. Velázquez montó un pequeño observatorio en un lugar conocido como el Real de Santa Ana (hoy desaparecido) desde el cual logró también hacer mediciones exitosas. 

Los datos de las expediciones en Baja California Sur ayudaron a establecer la longitud de la península y a mejorar significativamente la calidad de mapas y cartas marítimas.

Ciento cinco y medio años después, en 1874, ya habiendo sido establecido el Observatorio Astronómico Nacional en Chapultepec por Francisco Díaz Covarrubias y pasado el episodio de la intervención francesa, México participó nuevamente en la observación del tránsito de Venus. Sin embargo, debido a que la latitud de nuestro país no fue entonces la más apta para las observaciones, se organizó en cambio una expedición a Japón. 

Esta expedición fue organizada por el propio Díaz Covarrubias, quien estaba a cargo de la Sociedad Científica Humboldt, y auspiciada por el ministerio de fomento del gobierno del presidente Sebastián Lerdo de Tejada. La comisión de astrónomos mexicanos estuvo conformada por Díaz Covarrubias, los científicos Francisco Jiménez, Manuel Fernández Leal y Agustín Barroso así como el cronista Francisco Bulnes. La expedición, no exenta de dificultades y numerosas aventuras, fue todo un éxito, a tal grado que fue la expedición mexicana la primera entre varias expediciones internacionales a Japón, en publicar resultados.

El tránsito de un planeta sobre el disco solar consta de cuatro eventos principales llamados contactos. En el primer contacto, también llamado primer ingreso, el disco del planeta toca al disco solar antes de entrar. En el segundo contacto, o segundo ingreso, el disco del planeta termina de entrar al disco solar. En el tercer contacto, también llamado primer egreso, el disco del planeta se encuentra completo por última vez dentro del disco solar, y en el cuarto contacto o segundo egreso, el disco del planeta sale finalmente del disco solar.

En la siguiente tabla se muestran los horarios para el evento, en varios puntos de la República Mexicana.


El tránsito de Venus de 2012 será un magnífico espectáculo natural y una excelente oportunidad para aprender sobre la mecánica de nuestro Sistema Solar y sobre la historia de la astronomía. Sin embargo, recordamos al público que se deben tomar precauciones de forma obligatoria. El disco solar no debe ser observado directamente sin protección. Aún con gafas para sol y aún cerca de la puesta, la luz solar puede causar daños permanentes o incluso ceguera si se le observa por periodos prolongados. Es por ello que se recomienda que se utilicen instrumentos y filtros especiales y de preferencia, métodos de proyección indirecta.

Para el centro de la República, el primer contacto ocurrirá a las 17:06  y se podrá observar el evento hasta las 20:08, hora de la puesta del Sol para el 5 de junio. Si en el horizonte poniente hay algún accidente geográfico, el tiempo de observación del fenómeno se puede reducir.

¿Cómo se puede observar el tránsito de venus?

El tamaño promedio de Venus visto desde la Tierra es de alrededor del 3% del tamaño angular del Sol. Este tamaño es suficiente para observar el tránsito de Venus a simple vista. Sin embargo, bajo ninguna circunstancia se debe observar el Sol directamente, a simple vista o a través de telescopios o binoculares sin la debida protección ya que puede causar lesiones muy serias en nuestra vista. 

La observación del tránsito debe realizarse con las precauciones habituales de cualquier observación del Sol, mediante proyección con telescopio o binoculares sobre una pantalla  o una pared o mediante filtros solares usados en la observación segura del Sol o sus eclipses. Una buena solución es utilizar láminas de mylar con índice > 5 (reduce la intensidad de la luz del Sol 100,000 veces).



¿Para qué sirve observar el tránsito de venus?

El tránsito de Venus se puede utilizar para determinar el valor de la Unidad Astronómica (UA) ; es decir, la distancia de la Tierra al Sol. Usualmente los astrónomos expresamos esta distancia en función de un ángulo llamado  paralaje solar, que es el ángulo bajo el cual se observa el radio de la Tierra desde el centro del Sol.

Basándose en trabajos de James Gregory, Edmond Halley publicó un método para medir la UA basado en el tránsito de Venus, visto desde dos ubicaciones distantes de la superficie terrestre ya que ambos observadores verán diferentes trayectorias del planeta sobre el disco del Sol. En lugar de medir ángulos, Halley propuso medir los tiempos en que ocurren los contactos del tránsito, lo cual permite calcular la separación entre ambas trayectorias y utilizando la Tercera Ley de Kepler se puede estimar el valor de la UA.