Propuestas del FRENTE de TRABAJADORES de la ENERGÍA hacia el 16o Congreso Sindical Mundial







1. Imperialismo: ¿Derrumbe, barbarie o revolución?

RESUMEN: Caracterizar la fase actual del capitalismo es importante para sacar las conclusiones pertinentes en el contexto de la lucha de clases. Lo fundamental es el papel del sujeto revolucionario, es decir, los trabajadores constituidos políticamente como clase.

1. Introducción

En los actuales momentos los trabajadores del mundo resentimos los efectos de la crisis económica del capitalismo. ¿De qué crisis se trata? ¿Es una más de las recurrentes crisis? Independientemente de las respuestas, los costos se siguen cargando sobre los trabajadores mientras los capitalistas siguen acrecentando la acumulación de capital.

¡Que la crisis la paguen quienes la provocaron! es una consigna muy general. Los capitalistas especuladores y voraces no pagarán nada. Lo que harán es trasladar el costo a los explotados, tanto trabajadores como poblaciones en general.
Entre tanto, el capitalismo en su fase imperialista sigue sin dar respuesta a ninguno de los acuciantes problemas de la humanidad: empleo, educación, salud, vivienda. No puede dar respuestas porque no está entre sus objetivos hacerlo. No tiene sustento esperar del capital un rostro humano, democrático o de justicia social.

Sin embargo, el capitalismo, Estado y gobiernos siguen imponiendo políticas
antiobreras y antipopulares. Mediante acciones legales e ilegales, o mediante la guerra de agresión, el imperialismo se recupera de las crisis y vuelve a reforzar la explotación sin que la acción obrera pueda impedirlo.
¿Hay salida? Para determinarlo es necesario caracterizar lo mejor posible la época actual del desarrollo del capitalismo y reafirmar las tareas de la clase obrera.

2. Fase actual del capitalismo

La caracterización de la crisis actual está representada por una amplia gama de posiciones. Sin embargo, se pueden distinguir tres vertientes básicas.

1- En esta vertiente, la fase actual del capitalismo es la misma de siempre puesto que el patrón de reproducción capitalista sigue siendo el mismo. Las crisis son parte de los patrones recurrentes desde el siglo XVI. Sin contar con una caracterización, quienes sostienen esta posición aseguran que, a partir de la regularidad de las crisis, se puede proyectar la probabilidad de otra fase expansionista.

2- En esta caracterización, la hegemonía norteamericana es el sello distintivo de la fase actual del capitalismo. Sin embargo, no es la hegemonía del imperialismo lo que está en crisis, sino el conjunto del imperialismo bajo esta hegemonía. La caracterización es superficial y ambigua en sus perspectivas: La vía que seguirá esta crisis, porque hay crisis con vida resistente, dependerá de la lucha de las masas populares.

3- esta vertiente puede subdividirse en cuatro variantes. La primera es una caracterización abstracta de la crisis que resulta elemental y ambigua. Tal es el caso de las “grandes crisis” de autores “regulacionistas” y quienes hablan de “crisis estructural”.

La segunda variante está representada por la caracterización de la crisis basada en un dato parcial y no crucial de la realidad, deslizándose hacia el empirismo. Los ejemplos van desde la “crisis orgánica del fordismo” hasta la “crisis de la hegemonía norteamericana”.

En la tercera variante se puede ubicar una caracterización múltiple de la crisis, destacando dos: la “crisis cada vez más generalizada”, que fundamenta un análisis empírico y “crisis de las relaciones de producción capitalista” ubicada en un nivel de abstracción.

La cuarta variante está representada por las teorizaciones del capitalismo monopolista de Estado, que caracterizan a la presente crisis como “crisis del sistema o de los mecanismos de regulación monopólico-estatales”. Esto no sería algo aislado sino síntesis y especificidad de la dimensión histórica de la crisis (“crisis general”) y de una dimensión más evidente de hoy (“crisis cíclica”).

La categoría de capital monopolista de Estado recoge el fenómeno central del proceso: la integración del Estado y los monopolios en un mecanismo único como condición para seguir acumulando.
Cualesquiera sea la caracterización, el capitalismo está en crisis, se dice con frecuencia. ¿Saldrá de una nueva crisis, viene la barbarie o se aproxima al colapso? Esto pone a discusión el papel del sujeto revolucionario en la lucha de clases. ¿El capitalismo se derrumbará solo o hay que derrumbarlo?
3. Conclusiones

Tratando de caracterizar de mejor manera la fase actual del capitalismo lo más importante es ubicar la dimensión de la lucha de clases. El capitalismo utiliza diversos mecanismos para recuperarse de las crisis y no se caerá automáticamente.
En esta perspectiva, es necesario impulsar un proceso conciente que, en un sucesivo batallar, nos permita a los trabajadores constituirnos como clase. Esto implica abordar las cuestiones políticas que, sin excluir las económicas, nos permita poner en cuestión a todo el sistema capitalista, y proyectar alternativas en un proceso ininterrumpido de transformación social.
Esto quiere decir, que es necesario fortalecer al movimiento sindical pero es crucial el movimiento obrero, con una visión de conjunto de la clase, es decir, un sindicalismo revolucionario que supere al gremialismo y la sola lucha económica, limitada a la resistencia frente al capital.

PROPUESTA

EL FTE de México presenta al 16o Congreso Sindical Mundial la siguiente propuesta:
1-    La lucha de los trabajadores del mundo es antimperialista, contra el capitalismo y su remplazo por un sistema solidario que debemos construir conciente y organizadamente. La FSM impulsará la lucha teórica, enmarcada en la lucha de clases, e impulsará las acciones necesarias de sus afiliados, poniendo énfasis en el papel del sujeto revolucionario.


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2. Crisis capitalista y respuesta obrera

RESUMEN: Se realiza un análisis de la crisis capitalista y de la respuesta obrera y se propone que los trabajadores tomemos decisiones unificadas a nivel mundial, con una visión política de conjunto, en la perspectiva de una salida no-capitalista a la crisis.

1. Introducción

La crisis capitalista se origina como resultado del movimiento tendencial de las leyes de la ganancia. La causa de la crisis corresponde a la consecuencia inherente a la caída tendencial, expresada por los fenómenos de sobreacumulación de capital, sobreproducción de mercancías y caída efectiva de la tasa (más no de la masa) de ganancia.

Esta compensación por la masa es la que, finalmente, lleva a la sobreacumulación de capital, lo que induce el descenso de la inversión productiva, el descenso del nivel de empleo, la reducción de los salarios y la baja en la demanda.

En consecuencia, a un estado de sobreproducción de mercancías, que la demanda solvente no puede absorber. Se trata de la puesta en evidencia de las contradicciones entre producción y consumo, entre producción y distribución.

En los análisis, generalmente, se destacan los efectos limitados de las prácticas de maximización de ganancia. Todas las contratendencias a la caída tendencial de la cuota de ganancia tienen una duración limitada, ya sea de índole física o endógena a la misma contratendencia.
La principal de estas contratendencias es la lucha de los trabajadores en contra de su explotación, lo que pone de relieve una vez más el carácter central de la lucha de clases.

2. El capital y el trabajo

2.1 Dimensiones de la crisis

La crisis de las economías capitalistas es la crisis del modo de regulación de esas economías. Las dimensiones de la crisis son económicas, sociales, políticas y culturales.
Para algunos analistas, la causa de las contratendencias se explica porque las formas de competencia y las instituciones que la regulan no permiten que se realice el ajuste entre la estructura de la producción y la necesidad social.

Tres movimientos destacan en cuanto al desarrollo de la crisis. El primero es la lucha alrededor de la tasa de ganancia que caracteriza a todo el desarrollo de la crisis. Se trata de tentativas de implementación, en el proceso de trabajo y la producción, que permitan obtener una cierta tasa de ganancia.

El segundo se refiere al funcionamiento perturbador de la ley del valor durante la crisis, caracterizado por las tensiones monetarias internacionales y los movimientos inflacionarios y crediticios.
El tercer movimiento es el “trabajo de crisis” que pone en juego a la estructura de clases del capitalismo. Nuevas fracciones dominantes del capital se imponen y modifican el espacio funcional del capital. Se apunta hacia un nuevo proceso de acumulación y una nueva división del trabajo social.
En cuanto a las modalidades de resolución de las crisis, la salida será capitalista si la desvalorización del capital y de la fuerza de trabajo, auspiciado por una fracción capitalista que ha sido capaz de hegemonizar en su favor el desarrollo de la crisis, restablecen el funcionamiento de las leyes del movimiento del capital.

Esta salida resultaría de la imposición, por parte de los detentadores del capital, para establecer prácticas estructurales que reconstituyan las condiciones de un proceso de acumulación eficaz, en el que la tasa de ganancia sería ya “satisfactoria”, así como la organización de las funciones de la competencia.

Una salida no-capitalista depende de una restructuración del sistema de clases en favor de la clase obrera y sus aliados.

2.2 Dimensiones de la respuesta obrera

Las dimensiones de una verdadera respuesta obrera se expresan en la lucha unitaria y coordinada a escala mundial, en sus vertientes teóricas, políticas, laborales, sociales y culturales. Sin embargo, ante la crisis, la respuesta de los trabajadores del mundo sigue siendo desigual, dispersa y fraccionada. La relación de fuerzas en la lucha de clases nos sigue siendo desfavorable.

La lucha sindical es intrínsecamente limitada a una lucha de resistencia frente a los efectos de la crisis sin poder resolver el creciente desempleo, la reducción sistemática del salario (real y relativo), la baja en la demanda del consumo, y los múltiples problemas asociados en materia de educación, salud, vivienda y seguridad social.

En las crisis, solamente pueden sobrevivir los trabajadores que mejor organizados y dirigidos, los demás tienen el riesgo de sucumbir.

La respuesta obrera, sin embargo, se fragmenta en luchas aisladas y gremiales. En algunos casos, la movilización es masiva pero en el marco de las reivindicaciones defensivas. Hace falta articular las fuerzas de los trabajadores con base en un programa común de lucha a escala mundial.
3. Conclusiones
En la dimensión teórica, los filósofos del capitalismo han hecho creer a las masas que la historia terminó y solamente es posible una salida capitalista que, algunos trabajadores y organizaciones adornan con la adjetivación de “democrática”.
Se trata de una apreciación falsa porque la contradicción entre la fuerza social (representada por el capital) y la fuerza natural (representada por el trabajo) están vigentes en todas partes del mundo. Es la vigencia de la lucha de clases. En este marco, la única salida a la crisis, favorable a los trabajadores, es necesariamente no-capitalista.

En los análisis recientes, sin embargo, siempre se omite toda referencia al socialismo quedando las conclusiones al nivel de interpretación de la crisis sin atender la necesidad de la transformación social.

PROPUESTA

EL FTE de México presenta al 16o Congreso Sindical Mundial la siguiente propuesta:

1-    Para los trabajadores del mundo la única salida a la crisis es una vía no- capitalista. La FSM llama a sus afiliados a enmarcar las luchas en el contexto de la lucha de clases. A tal efecto, es preciso organizar la lucha conjunta, unificada y coordinada a nivel internacional

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3. Forma y contenido de la lucha obrera

RESUMEN: La lucha de los trabajadores es nacional por su forma pero internacional por su contendido de clase. Es una lucha antimperialista y socialista, basada en la independencia de clase respecto del capital y el Estado, y en la dinámica social organizada.


1. Introducción


Dos posiciones básicas pueden distinguirse entre quienes introducen la lucha de clases en la periodización del capitalismo.
La primera se traduce en la simplificación de tal lucha a la contradicción capital-trabajo, al mismo tiempo que se exalta a ésta en su aspecto más primario, el de la lucha económica, o bien en su cauce más inmediato, el proceso de trabajo.
La categoría central de estos análisis es la “relación salarial”, esto es, “la fuerza motriz de la acumulación capitalista”, cuya “generación universal” está en el vértice de las grandes transformaciones del siglo XIX, que se reducen o sintetizan en las transformaciones del proceso de trabajo, dando lugar a otras tantas etapas en el desarrollo del capitalismo.
La segunda posición puede traducirse en la subordinación de la contradicción burguesía-proletariado, bien a contradicciones secundarias, o contradicciones superficiales.


En el primer caso, estarían las “líneas de demarcación” entre las “metrópolis imperialistas” (contradicciones
interimperialistas), y entre éstas y las “formaciones sociales dominadas” (contradicción nación-imperialismo).


En el segundo caso, subordinando o remplazando la lucha de clases por contradicciones aparentes o superficiales, hay tratadistas que subestiman y desubican el fenómeno de las corporaciones transnacionales, y se deslizan hacia la tesis de la “soberanía de los estados nacionales puestos en peligro” por la expansión de aquellas. Según este enfoque, la contradicción distintiva del mundo contemporáneo sería la de “Estados vs. empresas transnacionales”.
Sacralizando la internacionalización más que la objetivación organizativa del capital transnacional, desde la Comisión Trilateral, Club Bilderberg, hasta los teóricos de la nueva división internacional del trabajo, se concluye que la contradicción fundamental de nuestro tiempo no es otra que la “internacionalización del capital vs. nacionalismo”, referido a obstáculos nacionales.


Un rasgo común de todos los enfoques es la omisión o, en el mejor de los casos, la subvaloración de la contradicción capitalismo-socialismo, tanto al periodizar la evolución de aquel como al caracterizar la fase que hoy recorre.


2. Objetivos inmediatos e históricos


Algunos han planteado que “hoy día (tal impulso) estriba en la tensión entre lo real y lo posible”. Esto sería significativo si por “lo posible” se entiende la posibilidad de superar históricamente al modo de producción capitalista. Entonces, la contradicción o “impulso” principal de nuestro tiempo no es otro que la “tensión” entre el capitalismo (“lo real”) y el socialismo (“lo posible”).
Esta situación nos lleva a la discusión sobre la forma de lucha de los trabajadores y el contenido de ésta.


Por su forma, la lucha obrera es nacional e, incluso, sectorial; más, por su contenido, es internacional. En ambos niveles, la lucha es económica y política. La lucha por el salario constituye la base material de la lucha de clases y quien desdeña este nivel se descalifica. Pero los sindicatos tienen tareas adicionales más importantes que cumplir.


Es decir, los trabajadores tenemos intereses inmediatos e históricos, los primeros expresados en las reivindicaciones laborales y sociales, los segundos, en la necesidad de emancipación respecto del capital y del Estado.
Pero los sindicatos son instancias distintas a los partidos políticos. Sin embargo, los sindicatos no pueden ser apolíticos y menos neutrales. La lucha es de clases y, en tal contexto, los trabajadores necesitamos un sindicalismo revolucionario, de clase, que no solamente luche por las mejoras materiales de sus agremiados sino del conjunto de la clase obrera, lo que supone como referencia a un programa unitario y solidario.


En la lucha contra el capital, la lucha de los trabajadores es necesariamente antimperialista, pero no nada más, sino también socialista.
La política obrera es de definición y se basa en principios de clase, de acuerdo al pensamiento revolucionario clásico, y en las condiciones de hoy. Se ha escrito que “la clase obrera a veces triunfa pero ese triunfo es efímero, su verdadero triunfo reside en la extensión y consolidación del movimiento”. Esto implica imprimirle dinámica social al movimiento sindical para transformarlo en movimiento obrero.
Entre las múltiples tareas es preciso incorporar a todos los trabajadores a la lucha organizada y conciente, impulsando precisamente el desarrollo de la conciencia de clase, es decir, la cultura obrera.


3. Conclusiones
La teoría del imperialismo no parte de la nada sino que se basa en los descubrimientos científicos del marxismo, es decir, la acumulación del conocimiento humano. Pero, además, se trata de imprimirle al movimiento una dinámica crítica y activa.
Se trata de mantener vigentes los principios recreando el legado histórico del proletariado acorde con las exigencias de la realidad actual.


PROPUESTA
EL FTE de México presenta al 16o Congreso Sindical Mundial la siguiente propuesta:
1-    La FSM asume que la lucha de los trabajadores, por su forma es nacional pero, por su contenido de clase, es internacional. Nuestra lucha es antimperialista y, a la vez, socialista. En este proceso, la FSM llama a los trabajadores y a sus organizaciones a practicar un sindicalismo con independencia de clase que articule la lucha por los intereses inmediatos e históricos de la clase obrera.


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4. Estrategia y táctica de la lucha obrera 

RESUMEN: La estrategia de la clase obrera tiene como referencia a las tareas políticas de nuestra
época, mismas que deben concretarse mediante tácticas adecuadas.


1. Introducción
La lucha obrera contra el capital surge como necesidad para tratar de mitigar las penurias de los trabajadores. Pero el capitalismo, en diversas épocas, ha introyectado al interior del movimiento la ideología burguesa, apartando a muchos trabajadores de sus deberes de clase.
En el curso de la lucha, el proletariado organizó a los sindicatos y, en algunos, casos la evolución de éstos ha permitido resistir en mejores condiciones.
En nuestra época, el empirismo, la improvisación y el espontanísmo son factores de atraso. Para superarlos, necesitamos de referencias fundamentales, banderas comunes, a enarbolar en todas partes del mundo.
2. Tareas políticas
Las tareas políticas de la clase obrera se refieren a los problemas candentes de nuestro movimiento, desde un punto de vista estratégico. El FTE de México considera que éstas son las siguientes:
3-    Vertebrar y articular la lucha social en todos los países.
4-    Desarrollar la cultura obrera para le elevación de la conciencia de clase.
5-    Practicar la solidaridad proletaria internacional.
El Programa de la clase obrera es necesario, incluso, imprescindible, es la referencia para la acción, son las banderas, el ¿Por qué luchamos? El Programa es para las condiciones de hoy, no es de una vez y para siempre. Se trata de un Programa para las transiciones que debe ser evaluado constantemente y reformulado según las circunstancias.
Construir organización significa crear estructura organizativa, como medio para llevar adelante el Programa. Las organizaciones existentes deben fortalecerse, evolucionando coherentemente y transformándose en formas adecuadas y congruentes con las necesidades del movimiento. Es importante, también, atraer a los sindicatos a los trabajadores no sindicalizados e incorporarlos a la lucha unitaria.
En todos los países hay sectores sociales en lucha. La clase obrera tiene el deber de enarbolar las banderas del presente, tales como, la defensa de los recursos naturales, especialmente, el agua y el medio ambiente.


1- 2-
Formular y desarrollar el Programa de la clase obrera. Construir organización en todos los lugares y a todos los niveles.

También, es pertinente apoyar la lucha por los derechos sociales y políticos de los pueblos y comunidades.


El alma de nuestro movimiento es su conciencia. Para ello, es preciso desarrollar el concepto de cultura obrera, referida a la cultura del movimiento obrero. El propósito es desarrollar la conciencia de los trabajadores para elevarla la conciencia sindical al nivel de conciencia de clase.
Practicar la solidaridad proletaria internacional es un importante medio para lograr la identidad de clase que nos permita asumir acciones unificadas.
En la lucha de clases, toda lucha es política. Es característico que el capital y el Estado siempre enfrente al movimiento obrero y lo reprima. Es necesario, por tanto, proceder tácticamente, valorando con la mejor precisión la relación de fuerzas, teniendo presente que, lo más importante es preservar, dentro del movimiento, al futuro de éste.


Lo anterior significa que la lucha se gana en los preparativos y la lucha obrera es un batallar sucesivo que no triunfa en un solo acto ni de inmediato. El futuro del movimiento tiene en la organización de los trabajadores a su principal baluarte. Por ello, en cualquier circunstancia es pertinente conservar a la organización para estar en capacidad de continuar la lucha de clases.
El discurso enseña pero el ejemplo arrastra. Es decir, no bastan los llamados, los trabajadores concientes debemos ser ejemplo de trabajo, estudio, honestidad y ética, con una práctica política unitaria, incluyente y democrática.
La movilización no son solamente marchas y mítines. Conviene diseñar planes de acción múltiple que permitan incorporar al conjunto de los trabajadores. En ninguna parte existe la democracia obrera sin participación de los trabajadores. Esto implica la toma de decisiones colectivas mayoritarias para asumir acciones de gran calado.


La prensa obrera y la huelga son dos armas fundamentales de la clase obrera que deben utilizarse concientemente. La prensa
obrera es un importante medio para la organización y educación de los trabajadores. La huelga es un medio, jamás un fetiche, para el logro de algunas conquistas. Pero el uso de este medio requiere un alto nivel de responsabilidad política, tanto para hacerlo exitosamente posible, como para evitar que pierda efecto.


La dirección política del movimiento necesita incorporar a los mejores trabajadores, para evitar la burocratización. En todo momento, los representantes deben rendir cuentas, teniendo los trabajadores el derecho de revocarles el mandato.


3. Conclusiones
Para los trabajadores del mundo es fundamental evitar la improvisación de nuestro movimiento. El espontaneísmo es contrario a nuestro interés de clase. Por ello, es importante proceder con definiciones precisas, enmarcadas en las tareas políticas de nuestra época. Es decir, en referencias básicas que unifiquen las voluntades y las fuerzas del proletariado.


PROPUESTAS
EL FTE de México presenta al 16o Congreso Sindical Mundial las siguientes  

propuestas:

La FSM llama a los trabajadores del mundo a la lucha unitaria basada en un proyecto de clase que tiene como tareas políticas las siguientes:
a)    Formular y desarrollar el Programa de la clase obrera.
b)    Construir organización en todos los lugares y a todos los niveles.
c)    V ertebrar    y    articular    la    lucha social en todos los países.
d)    Desarrollar la cultura obrera para la elevación de la conciencia de clase.
e)    Practicar la solidaridad proletaria internacional.

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5. Unidad internacional de los trabajadores

RESUMEN: La unidad internacional de los trabajadores es necesaria pero no se puede decretar, debe construirse desde abajo con base en principios de clase, un programa de lucha común y un plan de acción, acordados mayoritariamente por las bases.

1. Introducción
La Federación Sindical Mundial (FSM) surgió unitaria. Las condiciones de la época permitieron la formación de una sola central internacional. Tuvieron que presentarse los horrores de la guerra para concluir que la unidad de los trabajadores era necesaria y posible.
Sin embargo, al poco tiempo, el imperialismo auspició y logró la división produciéndose la escisión de 1949, para crear enseguida, a la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), hoy llamada Confederación Sindical Internacional (CSI).
El movimiento sindical del mundo está dividido, ideológica, política y
organizativamente. Esto es consecuencia de la lucha de clases, con el agravante de la hegemonía imperialista que mantiene sometidos a los trabajadores, al igual que a las naciones y sus pueblos. En materia sindical, la política ha sido de infiltración para dividir a los trabajadores.
La división se acrecenta porque es una política sistemática seguida por el imperialismo. Utilizando diversos mecanismos, el propósito
central consiste en desafiliar a los sindicatos y centrales de la FSM para incorporarlos a la CSI, sea mediante la corrupción o la imposición política de los Estados y gobiernos.
La división orgánica se expresa en dos proyectos radicalmente distintos. La FSM basa sus principios en el concepto de la lucha de clases, la CSI en el colaboracionismo de clase. Tales principios son antagónicos.
Una determinada idea conduce a una determinada práctica, otra idea a otra práctica diferente. Este es el caso. La FSM se plantea la lucha contra el capital, no solamente en sus efectos, sino en sus causas. La CSI no atiende las causas, apenas los efectos y de manera subordinada al capital.
No obstante, la unidad internacional de los trabajadores es necesaria y siempre ha sido propuesta de la FSM. Concretar en estos momentos requiere de un análisis detallado y sereno para determinar las condiciones políticas que la hagan viable y verdadera.

2. Sí a la unidad de clase

¿Cómo hacer la unidad? La unidad no se decreta se construye desde las bases. Lo primero que se requiere para formar una central es la voluntad política de las partes. ¿Existe tal voluntad? Para la FSM no hay duda. Por parte de la CSI no hay voluntad, esa central no reconoce la existencia de la FSM y se niega a cualquier tipo de relación. El objetivo de la CSI consiste en desafiliar de la FSM a centrales y sindicatos previamente seleccionados.
Sin embargo, la unidad internacional de todos los trabajadores es bandera histórica de la FSM, ahora y siempre.

¿Cómo hacer la unidad? Con base en referencias claramente definidas. ¿Cuáles son? 1- los Principios. La FSM propone los de la clase obrera: lucha de clases, unidad, solidaridad, independencia de clase. 2- el Programa. La FSM propone la unidad como un medio para llevar adelante un Programa acordado colectivamente. 3- un Plan de acción, referido a la concreción de las tareas políticas del proletariado y la lucha por las reivindicaciones inmediatas e históricas.

¿Cuáles serían los procedimientos a seguir? 1- que las centrales acepten formalmente entrar en un proceso de unidad, 2- que ambas centrales propongan documentos básicos para la central única, 3- que todas las propuestas sean discutidas por las bases, en todos los países y continentes, 4- que todas las decisiones sean tomadas colectiva y democráticamente por la mayoría de trabajadores, 5- convocar a un Congreso Sindical Mundial de Unidad, previa disolución de las actuales centrales.

¿Cuándo hacer la unidad? En cualquier momento, podría empezarse desde ahora. Para ello, ambas centrales deben declarar su disposición. ¿Hay condiciones? ¡No, desafortunadamente!

En la fase actual del capitalismo, éste pone por delante su hegemonía. La CSI no es autónoma, está sujeta al capital internacional, constituye el departamento laboral del imperialismo y está controlado por sus agencias de inteligencia y espionaje. Para el imperialismo, su central tiene el objetivo estratégico de desnaturalizar al sindicalismo del mundo, hasta destruirlo, desviándolo de sus objetivos de clase.

En tales condiciones, la unidad internacional es necesaria pero no está a la orden del día. Debemos recorrer un camino sinuoso, promoviendo la unidad desde las bases, a través de la solidaridad y la acción unificada, hasta lograr la relación de fuerzas necesarias para concretar la anhelada unidad.

3. Conclusiones

Con improvisada preocupación, algunos afiliados a la FSM ven en la CSI una alternativa pero no hay tal. La CSI asegura que es mayoritaria y rica. Lo segundo es cierto pero, lo primero, es discutible.
El número es importante pero no cuenta en la balanza sino está unido por la organización y guiado por el saber. Es decir, la unidad por la unidad no es tal. La unidad tampoco es abstracta, ni declarativa, sino real, pero hay que construirla.
En cualquier escenario, la prioridad política consiste en fortalecer a la propia FSM en todos sus aspectos.

PROPUESTAS
EL FTE de México presenta al 16o Congreso Sindical Mundial las siguientes propuestas:
1-    La FSM lucha por la unidad de clase del proletariado del mundo y llama a construir esa unidad con base en principios de clase, un programa común y un plan de acción colectivo, poniendo a discusión de las bases las propuestas para la toma de decisiones colectivas, tendientes a convocar a un Congreso Sindical Mundial de Unidad.
2-    La FSM llama a sus afiliados y amigos a fortalecer a nuestra organización internacional en sus aspectos teóricos, técnicos, políticos, sociales y culturales, con la participación decidida de las bases de los sindicatos, UISs y centrales nacionales.


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6. Derechos sindicales y sociales

RESUMEN: La unidad de los trabajadores se inicia con la defensa de sus derechos laborales, sindicales y sociales. Para ello, se necesita de una forma adecuada de organización sindical, la unificación de las condiciones laborales y una práctica política clasista.

1. Introducción

Miles de millones en el mundo somos trabajadores. Pero, la afiliación sindical está muy abajo del 10%. Más aún, la desafiliación va en aumento.
En el mundo, coexistimos tres generaciones de proletarios, ubicados en las manufacturas, la gran industria y los sectores tecnologizados. En sectores no industriales, como la agricultura y el comercio, también hay presencia de trabajadores, sean obreros agrícolas o de servicios.

En los diversos sectores, las condiciones laborales son desiguales. Lo mismo ocurre tratándose de sus organizaciones sindicales. Hoy, coexisten sindicatos de gremio, de empresa y de industria. Lo peor es que la mayoría de trabajadores no forman parte de ningún sindicato.

Muchas organizaciones sindicales han sido desnaturalizadas, burocratizadas y corrompidas. En muchos casos, los trabajadores desconfían de sus sindicatos, en otros, están secuestrados en sus propias organizaciones, las burocracias son sus carceleros.

En una vertiente pesimista, se considera que los sindicatos, surgidos en el capitalismo, han terminado por ser absorbidos por el capital. En esta apreciación, el capital ha infundido entre los trabajadores una ideología burguesa que los ha
apartado de la lucha de clases para asumir el colaboracionismo, apartándose de la transformación social.

En una versión optimista, los sindicatos entrañan la primera forma de oposición al poder del capital y tienen un potencial revolucionario. El valor de la acción sindical es muy limitado pero el potencial político es muy importante. Sin embargo, para que los sindicatos asuman correctamente su papel se requiere conciencia de clase.

Uno de los problemas para los trabajadores del mundo es la existencia de un sindicalismo de minorías, la corrupción de los líderes, la pasividad de las bases y el aburguesamiento obrero.
El reto está en elevar las miras del sindicalismo. Para ello se requiere de la unidad, expresada en la organización, y del saber, expresado en una dirección política y un programa con principios de clase.

2- Derechos obreros fundamentales

2.1 Organización sindical

Para enfrentar al capital se necesita de la organización. En la época actual, los viejos sindicatos, de gremio o el de empresa, están superados históricamente. Hoy, la forma moderna de organización del proletariado es en grandes sindicatos por rama industrial.
La existencia de tantos sindicatos, de todo tipo, pulveriza al movimiento sindical, inhibe la identidad de clase y desalienta la solidaridad. La división sindical es una estrategia del imperialismo. Mientras más división sindical exista el capitalismo se favorece al enfrentar desunido a su contrario histórico.

Tal vez, uno de los casos patéticos sea el de México donde el número de sindicatos rebasan los 12 mil, de los cuales, más del 90% no son reales sino ficticios. De los restantes, casi todos están sometidos a la degeneración burocrática, sin dinámica social, y agobiados por la corrupción y la violencia. Al mismo tiempo, existen más de 60 centrales sin que ninguna sea verdadera. Se da la contradicción que los afiliados cada vez son menos pero el número de sindicatos y centrales va en aumento. En todos los casos, se trata de un sindicalismo de negocios.

Para superar esta situación de división sindical en los diversos países es pertinente potenciar procesos de unificación sindical. En este proceso, hay dos tareas fundamentales: 1- organizar a los trabajadores no sindicalizados, 2- construir un sindicato nacional de industria por cada rama de actividad económica. En general, habría 20 ramas a las cuales se incorporarían todos los trabajadores. Los sindicatos nacionales de industria deben ser únicos en cada rama y agrupar a los trabajadores manuales, técnicos, profesionistas e investigadores del sector.

Los sindicatos nacionales de industria serían la base de centrales únicas en cada país. La tarea no es sencilla pero es necesaria. La organización de sindicatos no es todo, se necesita también del desarrollo de la conciencia, cuya tarea debe ser abordada por los propios sindicatos.

En la medida en que se desarrolle la conciencia de clase, misma que no puede ser espontánea, será posible la práctica de un sindicalismo de clase, haciendo valer la democracia obrera basada en decisiones colectivas, evitando que los sindicatos se conviertan en aparatos extraños a las masas.

2.2 Contratación colectiva de trabajo

El primer punto de unidad entre los trabajadores sindicalizados es la lucha por sus intereses laborales comunes.
La contratación colectiva debe establecerse por rama industrial, habida cuenta que se trata del mismo proceso de trabajo. La existencia innecesaria de tantos sindicatos impide la unificación de las condiciones laborales, se introduce una mayor y desleal competencia entre los trabajadores y se lima la solidaridad.
El Contrato Colectivo de Trabajo es un pacto entre el capital y el trabajo, en el marco de la legalidad vigente. Constituye, asimismo, un patrimonio colectivo que es menester defender unificadamente. Para ello, se necesita de la acción colectiva, entre otras, de la huelga misma que no es un fin sino un medio.

3- Conclusiones
La lucha sindical no debe excluir a la acción política de los trabajadores, para evitar el conservadurismo y el autoritarismo de las burocracias, así como, la degeneración sindical y su incorporación al Estado. Finalmente, la aspiración de la clase obrera no es solamente la organización como asalariados sino como productores.
Los sindicatos afirman la diferencia entre el capital y el trabajo. Pero, para hacer frente al imperialismo la clase obrera necesita organizaciones estructuradas al nivel de las exigencias de la lucha de clases.

PROPUESTA
EL FTE de México presenta al 16o Congreso Sindical Mundial la siguiente propuesta:
1-    La FSM llama a sus afiliados a la unidad, construyendo sindicatos nacionales e internacionales de industria, por rama de actividad económica, y a luchar por la Contratación Colectiva de Trabajo unificada en todos y cada uno de los procesos de trabajo.

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7. Trabajo, salario y seguridad social

RESUMEN: Los derechos al trabajo, al salario y a la seguridad social, son vulnerados constantemente por la crisis capitalista. Está en el desafío de los trabajadores organizar respuestas apropiadas dentro del movimiento de la fuerza de trabajo.

1. Introducción
En el capitalismo, el empleo es resultado de la compra-venta de la fuerza de trabajo, dentro de la órbita de la circulación o del cambio de mercancías. Aún en su fase tecnologizada, el capital no puede funcionar automáticamente, necesita de la fuerza de trabajo manual e intelectual de los trabajadores.
El trabajo es un derecho social fundamental de los trabajadores por el carácter social del mismo. El derecho, sin embargo, no se cumple en la práctica. Solamente una minoría de personas tiene un trabajo. Peor aún, el capital tiende a limitar más el derecho por la vía de ampliar la jornada de trabajo e, incluso, suprimirla; o bien, reduciendo las condiciones laborales y salariales.
La conformación y diferenciación de clase en el capitalismo contemporáneo está cambiando. El movimiento de la fuerza de trabajo está integrado al del capital. Los monopolios y el Estado han transformado la interacción del capital y su competencia expresada en el flujo del movimiento de la fuerza de trabajo. El límite es la existencia de la fuerza de trabajo como mercancía. Esta impide el asentamiento definitivo y permanente del monopolio en cualquier rama industrial.
La forma capitalista de explotación recrea continuamente las condiciones para la explotación y viceversa. El movimiento de la fuerza de trabajo es condición para el movimiento del capital. Si el capital circula se debe al movimiento de las mercancías, en primer lugar, de la fuerza de trabajo.
Para los trabajadores las crisis tienen efectos visibles sobre su vida y su ciclo productivo. La relación salarial es el concepto que permite entender lo que determina a los trabajadores vender de manera directa sus capacidades de trabajo para cumplir con las tareas productivas del capital.
Las fases del movimiento de la fuerza de trabajo son: la reproducción de la fuerza de trabajo en sus distintas formas; la selección y distribución de los trabajadores en la división capitalista del trabajo, así como, la determinación de los niveles y estructuras salariales; y, las formas en que se realiza el consumo productivo en el proceso de trabajo.

2- Empleo, salario y seguridad social
Los trabajadores pueden producir su fuerza de trabajo pero eso no significa que puedan venderla. También pueden ser seleccionados de acuerdo a sus capacidades productivas pero solo queda la garantía de que consumirán productivamente su fuerza de trabajo durante un lapso de tiempo limitado.
El trabajo se transforma continuamente en capital a cambio del salario. Pero los niveles salariales no implican ajustes mecánicos entre la oferta y la demanda de diferentes tipos de capacidades productivas. Esto produce tensiones pero también limita el espacio de los trabajadores en períodos de crisis.

La tendencia es al aumento en el número de asalariados. Esta extensión de la relación salarial lleva a consecuencias, como la mayor movilidad social de los trabajadores en su desplazamiento entre diferentes tipos de tareas productivas y, al mismo tiempo, a líneas de demarcación no solo por las diferencias ocupacionales sino por los efectos que tienen sobre el ciclo productivo, el origen social, racial, de edad y sexo. El Estado se ha involucrado más bajo nuevas formas para que la capacidad de trabajo se siga produciendo logre o no venderla el trabajador.

Por otra parte, los cambios tecnológicos y la organización del trabajo están marcando la intensificación de la explotación de los trabajadores, dirigiendo el ritmo y el contenido de las tareas productivas que deben realizar.
Las pretensiones a la reducción concertada de los salarios son significativas, tanto para los trabajadores que reciben un salario mínimo como para aquellos pertenecientes a las ramas industriales y de servicios. Esto conduce a una homogeneización que divide y enfrenta a los trabajadores.
Además, el proceso de acumulación del capital tiende a transformar gran parte de las tareas productivas, como indiferenciadas en términos de las capacidades erigidas para llevarlas a la práctica. Esto implica que un número mayor de trabajadores son intercambiables entre sí por la introducción de nuevas tecnologías.
Los criterios para la selección, distribución y fijación de salarios tienen efectos políticos e ideológicos. La discriminación se revela en la desigualdad de condiciones laborales entre jóvenes y mujeres.
El proceso de calificación del trabajo permite el desarrollo de las fuerzas productivas pero, al mismo tiempo, degrada las condiciones de trabajo. Esto provoca el desplazamiento y la descalificación de trabajadores pertenecientes a diferentes grupos ocupacionales.
Adicionalmente, el pago del trabajo diferido tiende a ser reducido cada vez más mediante la prolongación en edad para las pensiones y jubilaciones, y la disminución de las mismas.

3- Conclusiones
Para el capitalismo, el costo de la crisis se carga a los trabajadores. Pero toda crisis implica una restructuración del movimiento obrero. La crisis plantea nuevos desafíos en las relaciones de clase con el capital.
Los sindicatos covencionales no tienen una salida propia a la crisis, las tareas asumidas son de resistencia y casi en el nivel de la sobrevivencia, limitadas a la lucha económica. Es necesario, entonces, promover condiciones de más alcance, que incluyan la lucha en el terreno de la producción misma. Tres tareas cruciales son la defensa de las conquistas laborales adquiridas, la lucha en el espacio del saber obrero y la construcción de organizaciones sindicales, que permitan una mejor respuesta.

PROPUESTAS
EL FTE de México presenta al 16o Congreso Sindical Mundial la siguiente propuesta:
1-    La FSM llama a sus afiliados a defender las conquistas laborales, especialmente el empleo, el salario y la seguridad social.
2-    La FSM llama a potenciar una salida alternativa a la crisis capitalista extendiendo el movimiento sindical, reorganizando los procesos de trabajo y construyendo organizaciones, en el ámbito de la lucha salarial, y del control obrero de la producción.

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8. Desempleo, subempleo, outsourcing

RESUMEN: La crisis capitalista sigue aumentando la pobreza de millones de seres humanos quienes no pueden vender su capacidad productiva. El desempleo conduce a condiciones precarias que el sindicalismo debe combatir.

1. Introducción
La capacidad de trabajo solo se realiza ejercitándose en el proceso de trabajo mismo. Pero la relación entre capacidad de trabajo y trabajo no se realiza siempre. Para los trabajadores es una cruel fatalidad que su capacidad de trabajo no sea nada si no la puede vender.
El desempleo implica no solamente una situación penosa para los trabajadores sino la aparición de nuevas tendencias en su conformación de clase. Por un lado, la relación salarial se ha extendido entre la población económicamente activa con una tendencia creciente a la proletarización de amplias capas sociales. Por otra parte, el ciclo productivo de los trabajadores se ha transformado por el cambio en sus estructuras de edades, y por la incorporación masiva de mujeres, jóvenes y niños al mercado de trabajo. El número absoluto de asalariados ha aumentado pero está ubicado en estratos diferenciados.

Solamente una pequeña parte logra vender su fuerza de trabajo, en condiciones desiguales. Una proporción creciente de la
población económicamente activa es no- asalariada. Muchos se encuentran en el desempleo abierto, otros en el subempleo o “contratados” en condiciones precarias. 

La competencia para vender la fuerza de trabajo sigue enfrentando a los trabajadores asalariados con el creciente ejército de reserva. Pero aún, hoy existe un ejército de desecho, por la discriminación, la movilidad social y la descalificación del trabajo.
El desempleo se proyecta como parte constitutiva del desarrollo del capitalismo, lo que implica una presión continua en los niveles salariales y un cambio en su estructura.
El desempleo manifiesta las contradicciones del movimiento de la fuerza de trabajo. Es decir, si la fuerza de trabajo no se logra vender, si no se realiza la fase del consumo productivo de la fuerza de trabajo, esto se contradice con la necesidad que tienen los trabajadores de continuar, aunque bajo nuevas condiciones, su producción; lo que transforma la socialización del “ciclo” vital tanto de los desempleados como de la clase en su conjunto. abastecimientos. Las actividades incluyen la asesoría, mantenimiento, manufactura, informática, capacitación, vigilancia, seguridad, diseño y construcción, en prácticamente todos
los sectores industriales.

2- Desempleo, subempleo, outsourcing

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el número de desempleados en el mundo está en su máximo nivel histórico con 211 millones, mientras la generación de puestos de trabajo se estancó desde hace más de una década. Este nivel de desempleo es equivalente al 6.5 por ciento de la fuerza laboral mundial.

Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el informe "Tendencias Mundiales del Empleo", el número de desempleados pasará a 228 millones en 2010. La crisis económica podría originar hasta 50 millones de desempleados entre 2007 y 2010. La tasa mundial de desempleo juvenil alcanzó en 2009 el 13.4%, con 82 millones de jóvenes sin trabajo en el mundo y cada año ingresan 45 millones de jóvenes al mercado laboral.
Millones de personas siguen perdiendo su trabajo cada día y muchos otros sobreviven en el subempleo, en la llamada “economía informal” representada por el comercio y los servicios en pequeña escala e, incluso, callejero. Esto incluye a jóvenes y niños.
En los años recientes se ha incrementado el trabajo precario representado
por el “outsourcing” o tercerización de servicios, mediante la contratación o
subcontratación, en los sectores financieros, contables, de mercadotecnia, recursos humanos, administrativos y otras actividades secundarias,
extendiéndose rápidamente a la producción, transporte, distribución, ventas y
La industria del “outsourcing” en Latinoamérica representa 4% del mercado mundial y está creciendo más rápido que la de cualquier otra región en el mundo. En Europa también ha crecido siendo del 10%, en Asia, la India representa el 33%, lo mismo que los Estados Unidos de América.

Para los trabajadores, el “outsourcing” significa trabajo precario, bajísimos salarios y carencia de seguridad social, al tiempo que hace nugatorios los derechos sindicales y contractuales e incorpora una mayor división entre la misma clase.
3- Conclusiones
Más de la mitad de los trabajadores en el mundo -50.6%- tiene empleos vulnerables.
En América Latina el porcentaje de personas auto empleadas o que se desempeña en negocios familiares era de 32 por ciento en 2009. Asimismo, aumentó en la región lo que la ONU llama “trabajadores pobres”, aquellos que tienen un empleo, pero que ganan menos de 1.25 dólares diarios.
PROPUESTA
EL FTE de México presenta al 16o Congreso Sindical Mundial la siguiente propuesta:

1-    La FSM llama a sus afiliados a combatir el desempleo, subempleo y outsourcing, promoviendo la integración de los procesos de trabajo y su ejecución por administración directa, la organización de los trabajadores no-asalariados y la lucha por la contratación colectiva de trabajo bajo condiciones laborales decorosas. Las tasas de desempleo en todos los países del G20 oscilan entre 5 y 25 por ciento, con una media de 7.8 por ciento. A mediados de 2010, el desempleo estaba 70 por ciento por encima de los niveles anteriores a la crisis en los países con altos ingresos (excluyendo Europa) y 30 por ciento por encima en Europa. En estos países, la tasa de desempleo juvenil es, en promedio, el doble que la tasa total de desempleo: 19 por ciento.

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9. Los trabajadores migrantes

RESUMEN: En defensa de sus derechos laborales, sociales y políticos, los trabajadores migrantes no son invisibles ni inexistentes. Con una tasa creciente de la migración mundial, tienen derecho a la vida y al reconocimiento internacional de sus derechos.

1. Introducción
La migración ocurre en todo el mundo por razones económicas, sociales y políticas. La migración forzada forma parte del movimiento de la fuerza de trabajo. Este fenómeno de desplazamiento ocurre, principalmente, por la necesidad de vender la fuerza de trabajo, generalmente, a cambio de condiciones mínimas de sobrevivencia.

Los migrantes son el grupo que en general padece más la intolerancia por razones de idioma, acceso al sistema de justicia, a la educación y a la integración política y cultural de los países a donde emigran.
Laboralmente, los trabajadores migrantes participan en varios sectores de la producción, el comercio y los servicios, generalmente mediante el trabajo poco calificado y mal pagado, en ocasiones precario, especialmente entre los trabajadores agrícolas y los grupos étnicos. Sin embargo, la expulsión migratoria se ha intensificado y diversificado, incluye cada vez más a jóvenes con estudios universitarios, mujeres e incluso niños. La migración es, además, multicultural y multiétnica.

Muchos migrantes carecen de documentos y son reprimidos constantemente por los gobiernos y Estados. Una característica común es la falta de derechos laborales, sindicales y políticos. La migración es sinónimo de discriminación y explotación. No obstante, hay lucha en condiciones tan difíciles.

2- El fenómeno de la migración y la respuesta de los migrantes
2.1 Migración en aumento
La Organización Internacional para las Migraciones considera que el número de migrantes internacionales va en aumento y, en estos momentos, sería de 214 millones de personas, es decir, el 3.1% de la población mundial, siendo mujeres el 49%.

Seis de cada 10 residen en naciones desarrolladas y casi todos salen de países pobres y atrasados. El mayor flujo humano del globo tiene como punto de partida algún lugar de América Latina y El Caribe y el objetivo final es llegar a Estados Unidos, en tanto que el segundo ocurre desde África hacia Europa. El común denominador en todos los casos es un intento de escapar a la miseria y la exclusión en su lugar de origen.
Las remesas enviadas por los migrantes en 2009 ascendieron a 414 millones de dólares. Hay, también, 27.1 millones de desplazados internos en el mundo y 15.2 millones de refugiados.

El capital y las políticas seguidas por los Estados neoliberales son expulsores de personas. El Banco Mundial estima que, durante 2010, México será el país con mayor emigración del mundo con 11.9 millones (el 10.7% de la población mexicana total), de los cuales 11.6 millones tienen como destino a los Estados Unidos; seguido de India con 11.4 millones, Rusia con 11.1 millones y China con 8.3 millones.

2.2 Derechos de los migrantes
En su tránsito hacia el norte, miles de migrantes enfrentan secuestros, extorsiones y hasta la muerte. Bandas criminales de tráfico y contrabando someten con violencia a hombres, mujeres y niños, reclutándolos en zonas de extrema pobreza. Al mismo tiempo, los migrantes enfrentan a la policía y soldados en los Estados receptores que también los expulsan y reprimen.
En tan difíciles condiciones, los trabajadores migrantes llevan consigo sus raíces culturales. A través de la organización social comunitaria, clubes y redes se crean soportes emocionales y solidarios entre los migrantes, que no solamente son indocumentados sino criminalizados por esa condición. Esas formas de organización son garantía para la subsistencia fuera de sus lugares de origen pero también para la defensa de sus derechos.

En plena crisis, los migrantes también son partícipes de la lucha de clases. En 2006, en Estados Unidos, los migrantes latinos declararon la huelga el 1o de mayo, rescatando la emblemática fecha de lucha proletaria.
Millones de migrantes en más de cien ciudades norteamericanas pusieron de pie un gran potencial, revelando al mundo que la lucha de clases está presente en las mismas entrañas del monstruo. En Europa, el descontento y protesta de los migrantes también ha salido a la luz pública.

Con enormes problemas organizativos y políticos, carentes en su mayoría de los derechos sociales fundamentales, los trabajadores migrantes constituyen un sector de la clase obrera que forma parte de los desafíos contemporáneos.
El movimiento de los migrantes trasciende la identidad nacional, concita la unidad de los sectores marginados y el surgimiento de una lucha social que debe ser apoyada.
3- Conclusiones
Las políticas públicas y tratados internacionales sobre la migración son formas no excluyentes. Pero lo fundamental es la organización social y la lucha. De otra manera los derechos no se conquistan ni se respetan por ningún Estado. Menos aún, cuando los gobiernos prefieren combatir a la migración, mediante muros fronterizos militarizados y la complacencia con el tráfico de personas.
El primer derecho de los migrantes es el derecho a la vida expresado en el trabajo, la salud, educación, vivienda y seguridad social, sin discriminación, ni xenofobia, ni servidumbre ni criminalización. Es decir, el derecho a la dignidad humana de los migrantes y sus familias, los derechos laborales internacionalmente reconocidos y los derechos para la población exiliada y refugiada.
PROPUESTA
EL FTE de México presenta al 16o Congreso Sindical Mundial la siguiente propuesta:
1.    La FSM llama a sus afiliados a luchar por los derechos sindicales, sociales y políticos de los trabajadores migrantes del mundo, apoyando solidariamente sus protestas y huelgas, en lucha por la dignidad humana.


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10. La juventud trabajadora

RESUMEN: El capitalismo no tiene política para la juventud ni puede dar respuestas, ni siquiera tiene definido el concepto de juventud, y menos las responsabilidades sociales hacia ésta. Es preciso, redefinir las tareas políticas para enfrentar el problema en sus múltiples vertientes.

1. Introducción
No se puede abordar el problema de la juventud sin considerar el conjunto de relaciones sociales. ¿Qué significa ser joven? Una transición al trabajo, se dice, implicando al mercado laboral, fuente de discriminación social, segmentación y jerarquización de la fuerza de trabajo.
La diversidad empírica del hecho de trabajar lleva a una pérdida de la significación precisa para la identidad de los propios trabajadores, incluso, para su comportamiento social y político.

No obstante el descenso en la absorción del mercado de trabajo y el creciente aumento del desempleo, el trabajo sigue jugando un papel decisivo para las personas y sociedades, y sigue actuando como categoría central, estructurando y determinando las experiencias vitales más esenciales.

2- Encanto y desencanto juvenil
Las estadísticas son imprecisas. Para algunos, en 2005, el número de jóvenes de 10 a 24 años en el mundo era de 1,773 millones, esto es, el 27% de la población total de habitantes. De la población
económicamente activa, de 15 a 19 años a nivel mundial, el 37% eran mujeres y el 49% correspondía a hombres.
Según el World Youth Report, en 2007 había 1,200 millones de jóvenes entre 15 y 24 años, que era el 18% de la población mundial, y constituían el 25% en edad laboral.

El mercado laboral está formado por trabajadores centrales, aquellos que tienen puestos fijos y relativamente estables; trabajadores periféricos, ubicados en actividades secundarias, temporales y mal pagadas, principalmente mujeres; y, trabajadores externos al servicios de empresas contratistas, sujetos a condiciones laborales precarias.
Como los demás trabajadores, los jóvenes enfrentan reducción en las condiciones de trabajo y de salud laboral, empleo y salarios. El cambio tecnológico empuja al desempleo, la flexibilización y precarización laboral. Ante la carencia de empleo estable y seguro, la juventud ingresa al llamado sector informal, pasando allí largas jornadas, ganando poco y sin protección social, o al desempleo abierto.
Según el informe, “Tendencias mundiales de empleo juvenil”, el desempleo juvenil alrededor del mundo se situaba, en 2009, en 81 millones de jóvenes. Esa cifra representa un aumento de 7.8 millones de personas, es decir, casi 10%, respecto a lo registrado a fines de 2007. En términos porcentuales, el desempleo juvenil mundial pasó de 11.9% a 13% durante ese período, incremento al que el informe califica de “más agudo que nunca”. Tan solo en 2009 el número de jóvenes sin empleo alrededor del globo tuvo un aumento de 6.6 millones.
Para muchos jóvenes, incluso universitarios, la migración es un escape que los lleva a enfrentar peores situaciones, por la discriminación y la violencia.
Además del desempleo, la prostitución infantil y juvenil, el tráfico de jóvenes y niños, y las drogas, se han vuelto una calamidad para la juventud.
Esto lleva a la pérdida de identidad social: violencia juvenil, estrés adolescente, que afecta las actitudes, valores y participación política. El panorama también es serio en este sector de la población en materia de educación y salud, ya que 130 millones de jóvenes son analfabetos, y otros 10 millones han sido afectados por el VIH.

La pobreza es el principal problema. En el Informe Mundial de la Juventud 2005: Jóvenes de hoy y en 2015, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), casi la mitad de la población joven del mundo vive en la pobreza y 130 millones son analfabetos. En 2009, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reveló que unos 200 millones, 18% de toda la población de 15 a 24 años, vive con menos de 1 dólar al día y 515 millones con menos de 2 diariamente.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más de 240 millones de niños de todo el mundo trabajan y de ellos 170 millones lo hacen en condiciones de explotación laboral despiadada.

En México, 7.5 millones de jóvenes de entre 12 y 29 años no estudian ni trabajan. De acuerdo con el reporte anual 2010 sobre la infancia, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México ocupa el primer lugar en violencia física, abuso sexual y homicidios de menores de 14 años entre los países del organismo. De 2006 a 2008 se registraron en el país 23 mil homicidios de niños y niñas de cero a 17 años de edad.

3- Conclusiones
La juventud del mundo vive en la marginación, en un ámbito de subcultura, y con una gran vulnerabilidad. El capitalismo y sus gobiernos no tienen política para la juventud. Los estudios sociológicos son muy pocos. Hay descontrol en los Estados con visiones burocráticas limitadas.
La restructuración del trabajo tradicional, con jornada y horario, ascensos y salarios fijos está cambiando desfavorablemente. Simplemente, no hay trabajo para todos.

Hay visiones malthusianas que atribuyen los problemas a la presión demográfica y concluyen justificando al darwinismo laboral, según el cual, el trabajo es para los más aptos. Pero el capitalismo no está en condiciones de garantizar empleo a los jóvenes. ¿Eso implicaría que ya no necesita del trabajo asalariado? O, ¿hay que trabajar menos para trabajar todos?
Una alternativa es reducir la jornada normal de trabajo y el trabajo nocturno, así como, establecer la jornada juvenil para que los jóvenes combinen el trabajo y el estudio. Lo más importante es redistribuir el trabajo y la riqueza social. Esto plantea la reorganización social del trabajo, para tener empleo y más tiempo libre.

PROPUESTAS
EL FTE de México presenta al 16o Congreso Sindical Mundial las siguientes propuestas:
1-    Para la FSM la juventud implica un conjunto de relaciones psicosociales necesarias para la transformación del mundo asalariado. En la presente época, el capitalismo degrada la vida y margina a la juventud.
2-    La FSM llama a la juventud trabajadora a incorporarse a la lucha obrera y crear organizaciones, nacionales e internacionales, unificadas y en movilización.
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11. La mujer trabajadora


RESUMEN: Las mujeres del mundo no son un contingente aparte del movimiento sindical pero enfrentan a la lucha de clases en condiciones más difíciles que los demás trabajadores. Es necesaria la lucha por la igualdad de derechos laborales y sociales sin discriminación de género.

1. Introducción
La crisis capitalista mundial potencia las penurias de las mujeres trabajadoras y pobres. El 70% de los 1,300 millones de pobres en el mundo son mujeres.
Sin embargo, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre el 50 y 80 por ciento de la producción y comercialización de alimentos está en manos de las mujeres. Muchas, sin embargo, están fuera del trabajo asalariado, y otras, participan de jornadas de trabajo múltiples, con baja o ninguna remuneración salarial.

La ONU y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) consideran que dos tercios de los 876 millones de analfabetos del mundo son mujeres. Al cumplir los 18 años las mujeres tienen una media de 4.4 años menos de educación que los varones de su misma edad. De los 121 millones de niños no escolarizados en el mundo, 65 millones son niñas.
En materia de salud, cada año mueren en el mundo más de medio millón de mujeres, solamente como consecuencia del embarazo y el parto, lo que está directamente relacionado con el nivel de pobreza y marginación.
La violencia contra las mujeres es uno de los mayores problemas de la sociedad actual ya que afecta a más seres humanos que ningún otro problema a nivel mundial. Cada año, al menos 2 millones de niñas entre 5 y 10 años son vendidas y compradas en el mundo como esclavas sexuales. Cada dos horas, una mujer es apuñalada, apedreada, estrangulada o quemada viva para “salvar” el honor de la familia.

Durante los conflictos armados el ataque a los derechos humanos de la mujer (asesinato, violación, esclavitud sexual y embarazo forzado) se utiliza como arma de guerra. En el mundo, 135 millones de niñas y mujeres han sufrido mutilación genital. La cifra se incrementa en dos millones cada año. Según datos del Banco Mundial (BM), al menos el 20 por ciento de las mujeres del mundo han sufrido malos tratos físicos o agresiones sexuales.

2- Empleo, desempleo y discriminación
La ONU estima que el trabajo no remunerado de la mujer en el hogar representa un tercio de la producción económica mundial. Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de las mujeres en edad de trabajar, lo hace (fuera del hogar) solo un 54% frente al 80% de los hombres. Las mujeres desempeñan la mayor parte de los trabajos mal pagados y menos protegidos.

Ha aumentado notablemente el número de mujeres que emigran a diferentes países de Europa y a Estados Unidos, tanto legal como ilegalmente, en busca de empleo. Estas mujeres inmigrantes, son las que más sufren la sobreexplotación y todo tipo de abusos.
Según la OIT, a nivel mundial el número de desempleados en 2008 era de 193 millones, 112 millones eran hombres, y 81 millones eran mujeres. De 1998 a 2008 el empleo de la mujer adulta con respecto a la población total fue 40.4% de los 3,000 millones de empleados en todo el mundo. La mayor parte de las trabajadoras se localizan en los servicios (43.6%), la agricultura (36.1%) y la industria (18.3%).
En cuanto a la discriminación salarial, el Reporte sobre Igualdad entre Hombres y Mujeres, de la Comunidad Europea, en 2007 las mujeres ganaban en promedio un 15% menos que los hombres por cada hora trabajada. Según la OIT, en zonas urbanas de Brasil, Chile, El Salvador y México, el salario por hora de las mujeres se situaba en torno al 80 por ciento del de los hombres. En 2008, sin embargo, el informe del Foro Económico Mundial afirmó que en México la brecha salarial llega al 53 por ciento de menor percepción económica de la mujer con respecto al hombre.

La proporción de mujeres con empleo vulnerable, es decir en las categorías de trabajadora familiar auxiliar no remunerada o por
cuenta propia, bajó de 56.1 a 51.7 por ciento desde 1997. Sin embargo, la vulnerabilidad sigue afectando más a las mujeres que a los hombres, en especial en las regiones más pobres.

3- Conclusiones
La incorporación al trabajo de las mujeres económicamente activas va en aumento, si bien, es inferior a la de los hombres. Pero, la tasa de desempleo es mayor a los primeros, en el primer caso, de 6.4% frente a 5.7 en el segundo.
Los problemas laborales de las mujeres son más graves que los demás pero no están separados de un mismo conflicto de clase. Por el contrario, son expresiones de la misma lucha de clases, con sus especificidades de género.
Algunas mujeres se destacan en varias esferas del trabajo, algunas con alto nivel de especialización, pero, la mayoría viven socialmente discriminadas.


PROPUESTAS
EL FTE de México presenta al 16o Congreso Sindical Mundial las siguientes propuestas:
1-    La FSM lucha por los derechos laborales y sociales de hombres y mujeres, en igualdad de circunstancias, y sin discriminación por razones de género.
2-    La FSM llama a las mujeres trabajadoras a incorporarse al movimiento sindical y luchar unificadamente por intereses de clase comunes.



12. La educación de los trabajadores



RESUMEN: La educación es una de las actividades humanas más importantes. En el capitalismo el derecho social tiende a convertir en negocio desvirtuando a la enseñanza y el aprendizaje. Para los trabajadores, la educación incluye la capacitación, el entrenamiento y la especialización.

1. Introducción
Toda persona tiene derecho a la educación y ésta no es cuestión de edad, sexo o religión. Todos los trabajadores tenemos derecho a aprender a leer y escribir, comprensivamente, y acceder a la cultura escrita en general. El derecho a la educación debe abarcar y realzar todos los ámbitos de aprendizaje que son necesarios en la vida de las personas.

El derecho a la educación incluye el derecho a la información, la comunicación y el conocimiento, y la posibilidad de acceder y aprovechar los diversos medios y tecnologías disponibles, tanto tradicionales como modernos.
La educación no es solamente escolar o formal, el aprendizaje se confunde con el rendimiento escolar y las calificaciones. La prueba y la calificación miden información más que aprendizaje, memoria más que comprensión. Aprendizaje implica comprensión activa del conocimiento y es eminentemente activo.
El capitalismo considera a la educación como un negocio y no como un derecho social. Los Estados orientan las políticas al respecto en términos patronales definidos por los organismos internacionales del imperialismo. La evaluación está alejada del nivel formativo para ubicarse solo como la emisión de juicios con un claro sentido
punitivo e, incluso, corrupto. La medición trastoca el derecho para todos, incluso, de los propios trabajadores docentes. Por supuesto, en ningún momento son sujetos de evaluación ni el Estado, empresarios, ni sus instancias burocráticas.
La educación capitalista exacerba la competencia y el individualismo, ahogando las tendencias colectivas y convirtiendo a los estudiantes en masas amorfas, intimidadas y acríticas. Para los maestros, es un mecanismo para escamotearles sus derechos laborales y sociales, mediante la flexibilización y el empleo temporal.

2- Educación crítica y activa
Se estima que más de 850 millones de jóvenes y adultos en el mundo, no saben leer ni escribir, y en cuestión de género las dos terceras partes son mujeres. La tristeza es más grande cuando se divulgan cifras que informan que existen aproximadamente 120 millones de niños sin oportunidad escolar básica y que, de igual forma, las dos terceras partes son niñas. En México hay 5.9 millones de mexicanos que no saben leer ni escribir.

El aumento de la competencia a partir de la liberación normativa y comercial entre países y sectores productivos ha originado una rebaja sustancial de los derechos de los trabajadores, subsumidos ahora en una lógica global cuyo objetivo básico es la acumulación intensiva de capital, sin tomar en consideración el deterioro ambiental y el incremento de la pobreza y desempleo.
La automatización modifica sustancialmente los requisitos para el desempeño laboral. La elevación del nivel de complejidad de las actividades genera la creación de puestos de trabajo que requieren más capacitación para realizar operaciones de nuevo tipo con las nuevas tecnologías. Al mismo tiempo, tienden a disminuir tanto los puestos de trabajo no calificados y semi calificados, como aquellos que tradicionalmente se calificaban a través de la experiencia laboral.
Los procesos tecnológicos tienden a generar una demanda de mano de obra altamente calificada.

Las nuevas formas de organización del trabajo avanzan hacia una mayor versatilidad de las tareas específicas, hacia la desaparición de los puestos de trabajo fijos y de las ocupaciones estables ligadas a una serie de tareas permanentes. Es cada vez más frecuente la rotación permanente de trabajadores por diferentes puestos de trabajo.
De esta manera se abre la posibilidad de integración en un solo trabajador, de un amplio espectro de tareas en conexión con contenidos heterogéneos. Las características básicas del nuevo tipo de formación deben ser, entonces, la polivalencia, polifuncionalidad y flexibilidad. Eso conduce a la pérdida de derechos o, al menos, a su reducción incrementando la competencia entre los propios trabajadores.

En la lucha de clases la educación no es todo pero es muy importante para el desarrollo humano y la conciencia. No basta saber ejecutar las actividades propias de los procesos de trabajo, que el capital tiende a fragmentar, sino comprender la epistemología del trabajo mismo, con una visión integral.
Al interior de los centros de trabajo es donde se potencian las posibilidades para que los trabajadores ejerzan el saber obrero, asumiendo una dualidad, no solamente como asalariados sino
como productores. La lucha en el espacio del saber es parte fundamental de la lucha de clases.

3- Conclusiones
La educación no es tal sin salud, alimentación y nutrición. Se necesitan condiciones sociales apropiadas. En la perspectiva de la transformación social, la educación integral de los trabajadores es necesaria, desde el nivel básico hasta el universitario.
Esta lucha implica la educación de los actuales trabajadores y de las nuevas generaciones. No se trata únicamente de disponer de mano de obra calificada, sino de hombres y mujeres con una visión de conjunto del mundo, sus ideas y problemas de todo tipo.
Para los trabajadores, la educación debe mirarse como parte del desarrollo cultural, orientado con una componente de clase a partir del conocimiento acumulado de la humanidad.

PROPUESTAS
EL FTE de México presenta al 16o Congreso Sindical Mundial las siguientes propuestas:
1-    La FSM reivindica el derecho universal a la educación crítica y activa, pública y gratuita, para todos los hombres y mujeres sin distinción.
2-    La FSM llama a los trabajadores a combatir el analfabetismo, la privatización de la educación, el dogmatismo y la parcelación del conocimiento.
3-    La FSM llama a los trabajadores de la educación a luchar organizadamente por una política educativa para la libertad, lo que incluye derechos laborales y sociales dignos.
4-    La FSM llama a los trabajadores a promover la capacitación, entrenamiento y especialización, en el marco de la lucha en el espacio del saber obrero.



13. La salud de los trabajadores


RESUMEN: La salud está en estrecha vinculación con el proceso de trabajo, tiene un carácter social y es expresión de la explotación de los trabajadores. El capitalismo no puede resolver los problemas de salud de las poblaciones.

1. Introducción

En el nexo biopsíquico (proceso salud/enfermedad) los procesos biológicos y psíquicos humanos sólo pueden ser entendidos en su contexto histórico. Siendo un derecho social el capitalismo considera a la salud como un negocio.
El mercado de la salud se ha convertido en uno de los más importantes en el planeta, con diversos actores clave que conforman el complejo médico industrial, integrado por los productores de tecnologías e insumos para los servicios de salud, la industria farmacéutica, el sector asegurador y financiero y los productores directos de servicios en clínicas u hospitales privados, quienes utilizan tecnologías más complejas y eficaces, aumentando más la brecha entre el alto desarrollo científico y la falta de acceso al mismo de grandes sectores de la población.

La calamidad se resume en el incremento de inequidades, cambio de las fuerzas de poder en la salud, impacto sanitario y epidemiológico, deterioro ambiental y transnacionalización de los servicios de salud.
La globalización produce una distribución injusta y desigual del riesgo y la vulnerabilidad frente a varias enfermedades infecciosas, incrementadas por el agravamiento de la inequidad en el acceso a los servicios de salud, derivadas de los cambios ecológicos profundos provocados por la desregularización neoliberal, un hecho que se extiende a la salud animal y al incremento de riesgo de zoonosis y otras pandemias, como la gripe aviar.

La liberalización mercantil es relevante en los servicios de salud, que tienden a convertirse en artículos de lujo para los pobres y un bien de consumo más para los ricos. Los procesos neoliberales de reforma en el sector salud, promovidos por organismos financieros multilaterales, han introducido bases y mecanismos para la "privatización" de la salud y la seguridad social a través del desarrollo de administradoras privadas, para la gestión de los fondos de pensiones, con la creación de compañías que manejan riesgos de trabajo para captar fondos de las empresas y en algunos casos de los trabajadores.
Su objetivo es privatizar la administración de los recursos económicos e incorporarlos a la dinámica de acumulación de capital y convertir al sector privado en "depositario y guardián de los fondos", e intermediario entre el individuo y las instituciones prestadoras de servicios de salud.


2- Salud y dinámica vital
Más de 800 millones de personas sufren de desnutrición, alrededor de 100 millones de niños en edad escolar, de los cuales 60 millones son niñas, no asisten a la escuela y más de mil millones de personas sobreviven con menos de 1 dólar al día. En los países de bajos ingresos no más del 35 por ciento de las mujeres en zonas rurales tiene acceso a servicios de salud en el trabajo.
El desarrollo tecnológico que ha venido imperando en el mundo globalizado ha traído consecuencias negativas a la sociedad en general debido al uso militar, el impacto ocasionado a nivel ecológico, así como los nuevos problemas de salud que se han generado a nivel de la población trabajadora entre otros.
Las consecuencias sociales de este modelo económico de desarrollo, además de concentrar capital, producir pobreza, desempleo, flexibilización y precarización del trabajo, han impactado de forma muy negativa en la salud de los trabajadores incrementando el número de trabajadores accidentados y enfermos ocupacionales.
En 2010, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reporta a nivel mundial, 2 millones de muertes relacionadas con el trabajo, 271 millones de accidentes laborales y 160 millones de enfermedades ocupacionales por año. Un problema adicional es la inclusión masiva de niños en la fuerza de trabajo, completamente desprotegidos.
Existen casos graves, como los trabajadores del mar y los mineros pero, el deterioro en la salud de los trabajadores es generalizado, incluyendo la salud mental y la de los trabajadores de la tercera edad.
La situación se agrava con la tendencia a la reducción de las pensiones y jubilaciones.
En 2010, la OIT informó que sólo un 20 por ciento de la población mundial en edad de trabajar goza de un acceso efectivo a sistemas de seguridad social y la mayoría de los beneficiados son hombres.
En los países de altos ingresos, 75 por ciento de la población de 65 años o más recibe
algún tipo de pensión en tanto que, en los países de bajos ingresos, menos de 20 por ciento de los adultos mayores recibe prestaciones en materia de pensiones.
3- Conclusiones
La mayoría de la fuerza de trabajo de todo el mundo no tiene acceso a servicios de salud ocupacional; solamente 10 - 15% de la fuerza de trabajo global tiene acceso a alguna clase de servicio de salud ocupacional.
El principal problema de la ausencia de servicios de salud ocupacional es la continua presencia de peligros en el lugar de trabajo, como ruido, químicos tóxicos, y maquinaria peligrosa, conduciendo a una enorme carga de muerte, discapacidad y enfermedad.
También los factores de riesgo psicosocial en el trabajo, como el estrés y la violencia han comenzado a ser uno de los más importantes asuntos en los países desarrollados y están aumentando en los demás países.
Todo lo anterior tiene una estrecha relación causal con el modelo capitalista.
 
 PROPUESTAS
EL FTE de México presenta al 16o Congreso Sindical Mundial la siguiente propuesta:
1-    La FSM llama a los trabajadores a luchar por el derecho a la salud, física y mental, para la preservación de la dinámica vital de hombres, mujeres, jóvenes y niños.
2-    La FSM llama al ejercicio de la medicina social, incluyendo a la medicina del trabajo, en todas las ramas de la producción, mediante la organización unitaria a todos los niveles y el cuestionamiento a la práctica convencional del proceso salud/enfermedad.
3-    La FSM llama a los trabajadores de la salud a la lucha unitaria y al desarrollo de una práctica médica solidaria.