El gobierno peruano ha aprobado un paquete legislativo que da permiso a grandes compañías extractivas y agro-industriales para explotar los recursos naturales de la selva amazónica, contribuyendo así a su rápida destrucción.
Durante meses, los pueblos indígenas han demandado pacíficamente su derecho a ser consultados en relación a unos decretos que acelerarán la devastación de la ecología del Amazonas y de su gente, con nefastas consecuencias para el clima global. Pero la semana pasada el Presidente del Perú respondió enviando fuerzas especiales para reprimir las cada vez más radicalizadas protestas, etiquetando a los manifestantes de terroristas.Estos grupos indígenas son parte de la vanguardia en la lucha por la protección de nuestro planeta.
Más del 70% de la Amazonía peruana se encuentra a merced de la sobreexplotación comercial. Multinacionales petroleras y de hidrocarburos, como la anglo-francesa Perenco y las norteamericanas ConocoPhillips y Talisma Energy, ya han comprometido inversiones billonarias en la región.
Estos sectores cuentan con un paupérrimo historial en lo que concierne a su contribución al desarrollo local y la preservación del medioambiente en países en desarrollo. Es por ello que los indígenas reclaman su derecho, reconocido internacionalmente, a ser consultados antes de la aprobación de cualquier nueva legislación que les afecte.
Durante décadas, los pueblos indígenas han sido testigos de cómo las industrias extractivas devastaban las selvas, hogar de muchos y un tesoro indispensable para todos (algunos científicos y expertos del clima describen al Amazonas como "el pulmón del planeta", que absorbe las emisiones de carbón causantes del calentamiento global a la vez que produce oxígeno.