En relación a la pobreza, los estados del cinturón de la pobreza de México (Chiapas, Guerrero y Oaxaca), con el 10.6 por ciento de la población del país concentran el 17.4 por ciento de la pobreza y el 36.4 por ciento de la pobreza extrema. Si los excluimos de México, para fines de análisis, sería equivalentes al 21.0 por ciento de pobres y al 57.2 por ciento de los pobres del resto de México. Es decir, el resto de México si sería un poco menos pobre. Se puede ver en la gráfica.
Si excluimos a los estados del cinturón de la pobreza de México, habría una reducción sustancial de pobreza extrema en el resto de México que bajaría un 36.4 por ciento. En la pobreza a secas bajaría un 17.4 por ciento, que es importante, pero no es contundente.
¿Cómo se ha llegado ahí? Es producto de múltiples factores, pero el principal es la anemia de inversión productiva, ya que hay una correlación muy fuerte entre la inversión y el crecimiento del producto, como se puede demostrar con análisis econométricos y en el plano teórico con Nicolás Kaldor, quien consideraba que la tasa de crecimiento de una economía se relaciona de manera positiva con la correspondiente a su sector manufacturero, lo cual implica que éste se considera el motor de crecimiento. La explicación de este vínculo se asocia con el alto efecto multiplicador del sector industrial, debido a las altas elasticidades ingreso de la demanda de las manufacturas; a los fuertes encadenamientos productivos hacia atrás y hacia adelante de las actividades industriales, y a las economías de aprendizaje que pueden obtenerse a medida que avanza la división del trabajo y se fortalece la especialización como resultado de la expansión de las actividades manufactureras.
Además, los gobiernos de Chiapas han sido auténticos huachicoleros de los ingresos públicos y son kakistocráticos, con sus honrosas excepciones. En el gabinete actual, veo gente de muy bajo perfil y algunos con uñas muy largas e ideas muy cortas.
Chiapas apenas produce 35.6 por ciento de la riqueza por habitante del resto de México, si excluimos a Oaxaca y Guerrero. Si no los excluimos el 38 por ciento. Es decir, en cualquiera de los dos casos no producimos ni 40 centavos por cada peso que se produce por habitante en México.
Eso tiene que ver con la ausencia de inversión productiva y con la baja productividad del trabajo de los chiapanecos.
Las tres entidades del cinturón de la pobreza de México producen apenas el equivalente al 40.5 por ciento del PIB por habitante del resto de México o el 43.3 por ciento del PIB per cápita del país. Si los excluyera como dice Quadri y que lo podemos hacer con fines explicativos, los estados más pobres de México pasarían a ser Tlaxcala, Estado de México e Hidalgo y México vería incrementado su ingreso por habitante en aproximadamente 6.7 por ciento. No cambiaría mucho, ni sería potencia emergente tampoco, solo un poquito menos pobre.
México es un país de renta media alta, el problema es la inequitativa distribución de la riqueza tanto en el ámbito social como regional. No es un problema de recursos.
A Chiapas han fluido recursos de forma importante y significativa después del levantamiento zapatista, pero se han despilfarrado o se han ido por los caños de la corrupción.
Tenemos una clase política local que ha sido y es parte del problema, no de la solución.