El movimiento magisterial, a pesar de las descalificaciones y el manejo mediático, cada día crece más. La marcha de este domingo en la que salieron a las calles alrededor de 50 mil personas demuestra que las y los maestros no están dispuestos a permitir la reforma educativa: “Si no hay justicia para el pueblo, no habrá paz para el gobierno”, retoman la cita de Emiliano Zapata y parecen decirlo en serio.
El magisterio de Chiapas viene de un periodo en el que las dirigencias sindicales a nivel local tanto de la Sección 7 como 40 estuvieron controladas desde del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en el centro del país. Apenas, a principios de julio la Sección 7 fue recuperada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
La CNTE, que ahora encabeza la movilización magisterial a nivel nacional, nació en Chiapas en 1979 para manifestarse en contra del charrismo sindical. Ahora la CNTE resurge en Chiapas. Las más 50 mil voces que en la manifestación de este domingo gritaban “De Chiapas a Sonora con la coordinadora” confirman lo que, otra vez, se vuelve a gestar en el sur de México. La toma del edificio de la sección 40 del SNTE y el desconocimiento de Julio César León Campuzano como líder de los maestros del estado también habla de que el SNTE tiende a desaparecer en la entidad.
A diferencia de los movimientos magisteriales de otros años, ahora, las y los maestros están saliendo a la calle en contra de una reforma educativa, que como dicen ellos mismos, es más administrativa y laboral.
El cuestionamiento a la reforma no es por la evaluación a las y los docentes, sino porque todas las implicaciones que tiene para el sistema educativo, la economía de los padres de familia y la organización sindical.
La reforma educativa tal y como está planteada continúa con el paradigma de la educación tradicional en donde se sostiene que las y los estudiantes sólo son receptores del conocimiento por parte de las y los docentes, así que basta con evaluarlos para mejorar el sistema educativo, ignorando todos los factores que participan en el proceso enseñanza-aprendizaje.
sdP